El deseo de toda mujer es tener piernas hermosas y bien cuidadas para lucirlas en cualquier ocasión. Pero muchas veces, aparecen las molestas várices que son una amenaza grave para la salud, en particular, en los climas cálidos, porque produce vasodilatación en arterias y venas.
Al respecto, Femenina conversó con el flebólogo de Arias Medical, Luis Arias Villarroel, quien realiza tratamientos para las várices con crioescleroterapia. Con la experiencia de casos atendidos en Santa Cruz y Beni, el médico asegura que en esas regiones de clima tropical existen mayores casos de várices que en La Paz y El Alto.
“En las zonas tropicales existe una mayor cantidad de pacientes con várices, porque el calor provoca vasodilatación (aumento del calibre de un vaso sanguíneo) en arterias y venas. La dilatación permanente de las venas superficiales se agravan por el calor, pues en su interior se dificulta la circulación lo que no permite el cumplimiento de su función de transportar sangre”, asegura Arias.
El flebólogo dice que a diferencia de los climas tropicales, en los fríos se da el fenómeno de la vasoconstricción que es el estrechamiento de los vasos sanguíneos por parte de pequeños músculos en sus paredes, haciendo que la circulación de la sangre se torne más lenta o se bloquee.
“En Beni más del 40% de la población sufre de várices en algún grado a diferencia de La Paz que está con el 25%. Los grados en esta enfermedad son muy relativos, porque van de acuerdo con el avance de la condición metabólica de cada individuo. Por lo general, las personas llegan a consulta en un grado avanzado, solo las personas que cuidan su imagen se preocupan en etapa inicial”, asegura Arias.
GRADOS
Según el especialista, la mayoría de las várices aparecen en las piernas, debido a la gravedad que ejerce una mayor presión sobre las válvulas, que es donde se pueden dañar más fácilmente permitiendo el retorno venoso y es cuando aparecen unas finas líneas rojas o azuladas muy visibles.
Grado I.- Las varículas o arañas vasculares a simple vista no son visibles, pero cuando se dilatan aparecen como pequeñas telarañas de color rojo o azulado. Al no presentar síntomas serios muchas personas le restan importancia lo que con los años se constituye en un grave error.
Grado II.- Se trata de venas subcutáneas dilatadas que tienen un mayor grosor y son visibles, porque adoptan el color verdoso. Los primeros síntomas son pesadez, cansancio en las piernas, dolor, calambres, hormigueos y sensación de calor o escozor.
Grado III.- Son las várices más visibles y aparecen luego de mucho tiempo de tener várices de segundo grado. Las venas están mucho más dilatadas se nota un fallo extremo en las válvulas principales del sistema venoso superficial o comunicante. Sus síntomas son más evidentes: hinchazón, edemas y cambios posibles en la coloración de la piel. En ese estado las venas realizan un esfuerzo demasiado grande para transportar la sangre hacia el corazón lo cual lleva a que se produzcan un mayor estiramiento y dilatación.
Grado IV.- Son cordones venosos que aparecen como colgajos. Con frecuencia producen un escozor y al rascarse producen una úlcera que es difícil de tratar y que sin los cuidados adecuados es muy propensa a infectarse constantemente. Lo malo es que muchas personas esperan llegar a este extremo, porque desconocen los nuevos tratamientos, algunos por dejadez y otros por evitar las cirugías.
TRATAMIENTO
Arias asegura que, usualmente, muchas personas no asisten al médico y prefieren preguntar a su vecina u otra persona que le recomiende un tratamiento para combatir las várices y sigue al pie de la letra lo que le aconsejaron sin tomar en cuenta que los resultados de una persona a otra varía notablemente. “Esto se debe a la idiosincrasia de la gente que lo primero que hace, cuando tiene una enfermedad, la comenta con una vecina, quien le ofrece la receta que le dio su médico, saca una bolsita de medicamentos que puede ser bueno para una persona, pero no para otra. Otros van a la farmacia y por último recurre al médico barato que trata el problema con venotónicos, anticuagulantes y diuréticos”, dice Arias.
En cambio existen métodos más efectivos como la crioescleroterapia, consistente en inyectables que son aplicados en lugares específicos y solucionan el problema que por años las personas van llevando.
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