La epilepsia es una enfermedad neurológica frecuente, sus causas son diversas desde un parto complicado al producirse una lesión en el cerebro del recién nacido, pasando por momentos de ausencia en la niñez, hasta crisis a repetición en jóvenes y adultos que son peligrosas por las caídas con fractura de tabique nasal o accidentes laborales.
Pero para conocer qué es la epilepsia, cuáles son los tipos, la forma de diagnóstico, las posibles causas y los tratamientos que existen, consultamos con el neurólogo Lucio Valda, quien realiza una campaña para la detección temprana de este problema que afecta a personas de toda edad y condición social.
“La epilepsia es una las enfermedades más frecuentes después del dolor de cabeza y se produce por la descarga exagerada e inhabitual de tipo eléctrico en el cerebro que provoca ataques repentinos caracterizados por convulsiones violentas, acompañadas de pérdida del conocimiento que se suscitan en cualquier lugar”, explica Valda.
Sin embargo, el especialista va más allá, no sólo se queda en el cuadro aparatoso que sucede tras la caída. En otros casos comienza con un simple dolor de cabeza que puede ser el foco irritativo que a la larga termine en convulsiones. Otros indicios se dan con temblores en brazos o piernas que no se controla y que no se da importancia.
“Esta patología influye en el estado anímico del individuo, se pone ansioso, deprimido y va a necesitar un tratamiento adicional al de su enfermedad, porque por lo general está temeroso de que vengan sus crisis en cualquier momento y, desde luego, siente vergüenza si esto ocurre en su fuente laboral, en el baño o en la calle”, enfatiza Valda.
DIAGNÓSTICO
El neurólogo asegura que la forma de diagnóstico consiste en realizar un estudio de electroencefalograma, una tomografía y en casos muy especiales una resonancia magnética para corroborar el diagnóstico y dar el tratamiento adecuado.
El electroencefalograma digital es un arma de primera mano en la epilepsia. Consiste en un gráfico que registra la actividad del cerebro y es donde se manifiesta las ondas anormales con alteraciones en su funcionamiento, lo que hace suponer que hay una irritación en la corteza cerebral.
Hay personas que tienen crisis y desmayos a repetición, pero dan un electroencefalograma normal. A ellas se les pide adicionalmente una tomografía e incluso resonancia magnética, se les da un tratamiento, pero se intenta descubrir el foco irritativo de las crisis, que es de difícil detección.
“Existe una regla que siguen los neurólogos no se da un tratamiento a la primera crisis sufrida, sino a la segunda o tercera, porque a veces puede ser provocada por efecto del alcohol, al igual que una hipoglicemia (azúcar baja en la sangre) en diabéticos o seudocrisis causada por un esfuerzo brusco al levantarse”, asegura el neurólogo.
EMBARAZO
El embarazo en una mujer que tiene este problema es de alto riesgo, porque no puede dejar de tomar sus pastillas para evitar las crisis que se suscitan. Por otro lado, el producto puede sufrir algunos problemas por esta causa, en todo caso se hace una alianza entre el neurólogo y ginecólogo para ver cómo tratar este tema.
“Las mujeres embarazadas son casos especiales, porque se debe evaluar el riesgo beneficio, si dejan de tomar la medicación pueden sufrir una crisis, caer y producir un aborto y el otro lado continuar con las pastillas y que surja anomalías en los huesos del bebé, se debe correr el riesgo y bajar la dosis analizando el medicamente que tiene menos efectos colaterales”, enfatiza el neurólogo.
TRATAMIENTO
Valda asegura que para la epilepsita existe una dosis específica que debe ser personalizada, solo en los casos de una epilepsia refractaria, que es muy rebelde de tratar, se utiliza hasta dos o tres medicamentos. En muy contados casos se recurre a la cirugía, por ejemplo cuando el foco de irritación está fuera de la corteza cerebral.
La opción quirúrgica es cuando el paciente ha probado todos los medicamentos antiepilépticos y no hubo respuesta. Entonces hay que hacer un estudio que evidencie que el foco de irritación esté muy afuera en la corteza cerebral, porque si está adentro el tratamiento sería más perjudicial que beneficioso.
Los tratamientos son efectivos en cuanto el paciente cumpla con las indicaciones de la dosificación, porque si se olvida una o dos dosis del día todo cambia y se acumulan las crisis. Cuando ocurre es como un bombardeo al cerebro y esto sí puede causar la muerte.
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