Para tomar en cuenta.
Más de la mitad de las personas con hígado graso tienen fatiga persistente o malestar en el cuadrante superior derecho del abdomen o ambas cosas. Al examen físico de los pacientes presentan un agrandamiento indoloro del hígado. Los niveles de las enzimas hepáticas (hepatograma) pueden estar elevados en dos o tres veces sus valores normales, puede estar asociado con aumento en los niveles de azúcar, colesterol y triglicéridos.
Aunque el hígado graso por sí solo, (sólo esteatosis) es considerado una enfermedad no progresiva, los pacientes con esteatohepatitis podrían desarrollar enfermedad hepática progresiva y cirrosis.
Concepto.
Hígado graso
REVISTA VIVIR MÁS Y DR. GUERRA
Es una alteración inflamatoria metabólica del hígado (acumulación de grasas en la célula hepática).
Al hígado graso se lo conoce también como esteatosis cuando hay infiltración (depósito) de grasa intrahepática y esteatohepatitis cuando además hay inflamación. Hay que diferenciarla de la esteatohepatitis alcohólica, que es la inflamación crónica del hígado inducida por el consumo excesivo de alcohol.
Actualmente es la enfermedad del hígado más frecuente entre los adolescentes con sobrepeso en Norteamérica. El aumento en la prevalencia de hígado graso se debe probablemente a un incremento en la prevalencia de la obesidad. Las pérdidas rápidas de peso o la oscilación del mismo, cada vez más frecuente a causa de las dietas, pueden predisponer a esta enfermedad, como lo puede hacer la obesidad central.
Los pacientes con hígado graso o esteatosis usualmente acuden donde el médico por tener una elevación inexplicable y persistente de las pruebas hepáticas o por un hallazgo en la ecografía abdominal.
Los pacientes con hígado graso, son típicamente obesos (70 por ciento ) o con sobrepeso, de mediana edad, con trastorno en el metabolismo del azúcar (glucosa=diabetes 20 por ciento ) y grasas (colesterol y triglicéridos= hiperlipidemia 20 por ciento ), o ambas.
¿Qué es el hígado graso?
Es la enfermedad del hígado que se caracteriza por la acumulación de ácidos grasos y triglicéridos al interior de la célula hepática. A este fenómeno también se le conoce con el nombre de esteatosis hepática.
¿Cuáles son sus causas?
Se conocen dos grandes causas que explicarían esta enfermedad, aquellas relacionadas con el consumo de alcohol y las de causa no alcohólica o metabólica. El hígado graso tradicional obedece a esta última y se le conoce también como esteatosis hepática no alcohólica. Se calcula que sobre 20 por ciento de la población chilena podría potencialmente padecer de este trastorno.
¿Cuáles son los síntomas?
El hígado graso con mayor frecuencia es asintomático y constituye un hallazgo en personas sometidas a chequeos médicos. En los exámenes de sangre de rutina, destaca un aumento de las enzimas hepáticas, también conocidas como aminotransferasas. En quienes se hacen ecografía abdominal, el hígado destaca por un aumento en su brillo (o mayor refringencia). Pocos pacientes presentan dolor leve en cuadrante superior derecho del abdomen, que corresponde a la localización anatómica del hígado. Menos frecuente son los casos que se presentan con signos de insuficiencia hepática, comunes a cualquier causa de enfermedad hepática crónica, cuya etapa final se conoce como cirrosis.
¿Qué factores de riesgo tiene asociado?
Sin que se conozca con exactitud el mecanismo por el cual este fenómeno ocurre, sí es clara su asociación con obesidad y sobrepeso, diabetes y resistencia a la insulina, hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia.
Sin embargo, es cada vez más frecuente encontrar pacientes sin un factor de riesgo conocido. Por lo tanto, la población de riesgo será, en principio: los obesos, hiperlipidémicos, intolerantes a la glucosa, asociado a vida sedentaria. Se ha descrito a su vez una mayor propensión en el sexo femenino.
¿Cómo se diagnóstica?
El diagnóstico definitivo lo da la biopsia hepática, sin embargo, lo habitual es el diagnóstico presuntivo por exámenes no invasivos como las pruebas hepáticas en sangre, los trastornos metabólicos asociados antes señalados y la imágenes (ecografía o tomografía computada de abdomen). Sin embargo, es fundamental descartar otras causas de daño hepático como por ejemplo, las de origen viral (virus B y C), enfermedades de origen inmunológicas (hepatitis autoinmune, cirrosis biliar primaria), y enfermedades por depósito de fierro (hemocromatosis) entre las más comunes.
¿Qué riesgos conlleva?
¿El hígado graso puede ser síntoma de algo más grave?
La enfermedad puede ser evolutiva en el sentido que, de solo grasa en el hígado, se agregue inflamación y de estas, un porcentaje menor llegue a la cirrosis hepática.
En esta etapa no hay reversibilidad de la enfermedad y se enfrenta a las complicaciones propias de la cirrosis, incluido el desarrollo de tumores primarios del hígado o hepatocarcinoma.
¿Cuál es su tratamiento?
En las etapas iniciales, cuando todavía no hay fibrosis o cicatrices en el hígado, el tratamiento persigue corregir los factores causantes, tales como la obesidad o la resistencia a la insulina (etapa previa a la diabetes). Se debiera prohibir la ingesta de alcohol y se recomienda aumentar la actividad física, medidas que permiten revertir la enfermedad. También son útiles los antioxidantes, dado que existiría un mayor "estrés oxidativo".
¿Qué remedios caseros puedo utilizar?
El cardo mariano es uno de los más grandes reguladores hepáticos naturales que existen. Por ende, su empleo siempre está bien visto en miras de una protección del hígado. Se puede consumir de diversas formas y es uno de los compuestos más habituales en remedios para dicha finalidad.
Las infusiones con limón, diente de león, boldo o alcachofa, todos grandes depuradores hepáticos, pueden resultar beneficiosos en casos de hígado graso o esteatosis.
El consumo alto en fibras en la dieta diaria ayuda a mantener más depurado todo el tracto digestivo. Más vegetales y menos grasas saturadas siempre es algo recomendable en estos casos.
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