Tener una piel velluda parece ser la clave para evitar las picaduras de chinches, afirman científicos británicos.
Los investigadores de la Universidad de Sheffield, en el Reino Unido, llevaron a cabo experimentos con chinches hambrientas en un grupo de voluntarios humanos. Colocaron a varios de los insectos en brazos rasurados y otros en brazos velludos. Las chinches mostraron más probabilidad de alimentarse en los brazos rasurados, dice el estudio publicado en Biology Letters.
Los investigadores afirman que el vello hace que las chinches vayan más lento y advierte a la víctima de una picadura. Actualmente varias ciudades en el mundo, incluidas Nueva York y Londres, están experimentando un drástico incremento en el número de infestaciones de chinches. El profesor Michael Siva-Jothy, fue quien dirigió la investigación, que reclutó a 29 voluntarios para probar su teoría
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