Una familia con un miembro hipoacúsico debe adaptarse y aprender a ayudarlo a sobrellevar su estado o su recuperación.
La familia debe estar muy atenta a las señales de los niños cuando tiene problemas auditivos. La hipoacusia, o pérdida auditiva, si no es tratada a tiempo, puede perjudicar el desarrollo del niño.
Importante para el desarrollo. La fonoaudióloga del centro Audiocruz, Silvia Vargas, explicó que los padres deben detectar la pérdida auditiva y ayudar a que el afectado se dé cuenta que necesita ayuda.
“La detección de esta discapacidad debe ser inmediata, porque el lenguaje auditivo verbal se desarrolla en su principal etapa hasta los tres años y concluye a los 12”.
Darse cuenta de este problema, más tarde, reduce las probabilidades de desarrollar esta capacidad, ya que la plasticidad neuronal será diferente entre un joven y un adulto de la tercera edad.
Además, reflexiona, existe un vínculo entre la capacidad del lenguaje y la del pensamiento.
Muchas veces, señala la experta, hay padres que creen que sus hijos no les hacen caso o están distraídos cuando les hablan, pero éstas pueden ser señales de un problema auditivo.
“Un niño va a la escuela, pero reprueba las materias, los compañeros se burlan de él y los padres se molestan por sus malas notas. Sin embargo, no se imaginan que quizás el problema es que tiene dificultades para oír. Su adaptación dependerá del desarrollo del lenguaje y de cuánto escuche, por eso el apoyo familiar oportuno es muy importante en estos casos”.
La Adaptación familiar. Cuando la hipoacusia es detectada, el niño deberá se tratado, por lo que Vargas recomienda a los familiares tener paciencia para ayudarlo, ya que también deberá adaptarse a la situación.
Las personas no están acostumbradas a tratar con hipoacúsicos y, a veces, se molestan por repetir lo que dicen.
También es frecuente que el niño con pérdida auditiva sea discriminado en la escuela o, ya adulto, en el trabajo, suele ser aislado y acosado, hechos que pueden repercutir en su autoestima.
Por otra parte, el lograr que el niño vuelva a escuchar o que mejore esta capacidad, también requiere de un proceso de adaptación, que demandará el apoyo de la familia.
Por ejemplo, este apoyo “favorece a que la persona discrimine los sonidos para una mejor comprensión de las palabras y sonidos exteriores. La lectura en voz alta es aconsejable para que la persona reconozca las tonalidades de su propia voz. No es cuestión solamente de colocar el audífono y punto. Se debe hacer un seguimiento. Todo para él será un nuevo aprendizaje”.
10 años tarda un menor en desarrollar su lenguaje auditivo verbal, lo que ayuda también a su pensamiento.
La hipoacusia o pérdida auditiva, mal llamada sordera, es la causa más importante del desoRden de la comunicación y es un obstáculo para el desarrollo psicológico y social, ya que inhibe el proceso de aprendizaje y adquisición del lenguaje.
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