Al sol se le atribuyen el cáncer, la vejez y otras lesiones ocasionadas por el largo tiempo que las personas se someten a él. En el caso de la visión, los rayos ultravioleta UV ocasionan daños en la superficie del ojo, el cristalino, la retina y los diferentes tejidos oculares. "La exposición natural del día a día va ocasionando cierto deterioro a los ojos, que aunque no lleva a la ceguera, con el tiempo disminuye la visión", argumenta Margot Cristina Ortiz Álvarez, jefe del departamento de oftalmología de la Universidad de Antioquia. Lo mismo que sucede con la piel y su relación directa con los rayos UV, ocurre con los ojos: ellos también envejecen, por lo tanto facilita la presencia de tumores y enfermedades degenerativas./
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