Para las mujeres hay muchas cosas que importan más que el sexo, y los farmacéuticos lo saben, por eso están elaborando un equivalente al Viagra para mujeres, que además de levantar la libido, controla el apetito…listo, las vetas están hechas!
El famoso “viagra femenino”, del que se habla hace más de una década, se lanzará al mercado a finales del próximo año, según anunció la compañía británica ORLIBID, que se encuentra desarrollando el producto. La compañía explica que la píldora es para todas las mujeres; tanto las que sufren de disfunción sexual femenina como quienes simplemente buscan una nueva experiencia.
El nombre de la droga es ORL101 y se trata de una versión sintética de la melanina, la hormona asociada a la pigmentación, que actúa en el cerebro aumentando la libido. Al tomarse 15 minutos antes de relación sexual, la píldora podrá incrementar el deseo por hasta 2 horas.
Efectos secundarios
Hasta ahora, la droga ha mostrado pocos efectos secundarios, los cuales incluyen nausea. Sin embargo, antes de salir al mercado se deberá probar que no causa adicción. ORLIBID pretende llevar a cabo tres estudios diferentes para medir el efecto de la píldora en las mujeres antes de ponerla a la venta.
ORLIBID también investigará si el medicamento podría ayudar a los hombres impotentes que no reaccionan a los fármacos existentes. Si bien no se ha determinado un precio, se cree que la tableta podría alcanzar un costo similar al del Viagra, 20 dólares.
El inicio
Revista Paula
Había una vez un laboratorio llamado Pfizer que sintetizó un compuesto llamado sildenafil para tratar a pacientes con hipertensión y angina. Las pruebas clínicas concluyeron que no era muy efectivo pero que producía un notable efecto secundario: erecciones prominentes en los pacientes masculinos, debidas a que el compuesto incrementaba el flujo sanguíneo hacia el pene. Se patentó la droga en 1996, se aprobó su venta en 1998, y Viagra se transformó en uno de los medicamentos más famosos de la historia. Solo en 2008 sus ventas en el mundo llegaron a casi dos mil millones de dólares.
Son muchas las mujeres que se quejan de bajo deseo sexual, una de cada tres solo en Estados Unidos. De hecho, hay reportes de doctores que aseguran que algunas pacientes, ante la ausencia de una droga diseñada para ellas, prueban parches de testosterona y otros remedios para hombres, lo que puede tener graves efectos secundarios.
Somos distintas
Es importante entender que el deseo sexual de las mujeres es más complicado que la disfunción eréctil. Los últimos estudios sugieren que sigue un patrón muy distinto al de los hombres y que la falta de ganas no es una enfermedad que hay que curar.
¿Servirá una pastilla? Esto desata una fuerte discusión. ¿Por qué disminuye el deseo en las mujeres? ¿Y por qué se considera un trastorno que hay que curar con un remedio?
¿Caso clínico?
El deseo sexual hipoactivo o deseo sexual inhibido está incluido desde 1980 en la amplia categoría de disfunciones sexuales del famoso manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (en inglés DSM) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría. Se describe como falta o ausencia prolongada de deseo de tener actividad sexual, y se considera un trastorno cuando causa un nivel alto de estrés y dificultades interpersonales, y no se puede explicar por alguna condición médica u otro trastorno sicológico. Por eso, debe ser evaluado por un experto clínico.
Contexto
Sin embargo, esta definición tiene varias críticas. La organización feminista New View Campaign (www.newviewcampaign.org) acusa que se patologiza como “disfunción” algo que puede ser normal y deberse a muchísimos factores: por ejemplo, se deja de lado el contexto cultural, social y económico en que una mujer desarrolla su vida sexual. Desde falta de educación y poco acceso a anticonceptivos, a violencia intrafamiliar o preceptos religiosos que entran en conflicto con el sexo.
Más críticas
También hay críticas de expertos en sexualidad femenina que dicen que la definición de trastorno se basa en parámetros masculinos. La psicóloga Lori Brotto es profesora en el Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de British Columbia, en Canadá. Junto a un equipo de investigadores desarrolló un nuevo modelo de sexualidad femenina: no lineal, sino circular. En vez de pensar que una mujer siempre responde de la misma forma: primero deseo, luego excitación y finalmente orgasmo; llegaron a la conclusión de que la respuesta sexual de una mujer puede darse en ciclos de etapas que se sobreponen unas a otras, y que pueden variar en orden. Por ejemplo, puede que quiera tener sexo sin sentir deseo sino por otras razones: cercanía emocional con la pareja, aumento del bienestar personal, ganas de sentirse atractiva.
Otros intentos
En los últimos años se han buscado sin ningún éxito remedios que con la misma facilidad e instantaneidad aumenten el deseo sexual y la excitación en las mujeres: inyecciones de testosterona para aumentar la libido en mujeres con terapia hormonal (causaban efectos secundarios como aumento de vello facial y cambios en la voz; fueron retirados del mercado); reguladores de los neurotransmisores que estimulan o inhiben la excitación sexual (la FDA, el organismo que aprueba todos los medicamentos en Estados Unidos, los rechazó en 2010); y una hormona sintética supuestamente afrodisiaca cuyas investigaciones fueron descontinuadas en 2008. Una larga lista de drogas que usan alguno de estos tres métodos –testosterona, vasodilatador o regulador de neurotransmisores– se han probado, o siguen probándose, sin muchos resultados.
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