La primera vacuna en el mundo contra el Virus Respiratorio Sincicial (VRS), un mal de alta incidencia a escala mundial y que en lactantes genera graves dificultades respiratorias, fue desarrollada por científicos chilenos, que esperan esté disponible al público en cuatro o cinco años.
El nocivo virus sincicial es responsable de miles de muertes y hospitalizaciones de lactantes cada año en todo el mundo, al ocasionar cuadros graves de infecciones de las vías respiratorias altas y neumonía.
En época de invierno en Chile, favorecido por el frío, la contaminación ambiental y la humedad, el sincicial es responsable de ocho de cada 10 hospitalizaciones de menores de dos años, afectando también a adultos. Cada año, el Estado chileno desembolsa más $us 13 millones en tratamientos para enfrentar el virus, que durante el invierno provoca el colapso en Chile de los servicios de urgencias.
"El impacto de la vacuna podría ser enorme, dado que el virus sincicial es el principal problema de salud en infantes en Chile y en la mayor parte de los países", explicó el doctor Alexis Kalergis, que lidera el equipo de científicos que desarrolló la vacuna en el Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia. "Este virus es muy dañino y costoso para la sociedad chilena, así como para la gran mayoría de los países", agregó Kalergis.
Ansiada vacuna
Después de 10 años de estudio, el equipo de científicos liderados por el doctor Kalergis logró desarrollar una vacuna para prevenir el VRS. El antídoto fue ya patentado en Estados Unidos y en China.
Los científicos están listos ahora para iniciar las pruebas en humanos. Los estudios preclínicos en animales resultaron exitosos, cruzando todas las barreras de seguridad y permisos requeridos por la agencia de alimentos y medicinas (FDA) de EEUU. Restan todavía otros estudios clínicos y el análisis de los resultados que estos arrojen para que la vacuna pueda ser comercializada.
"Asumiendo que contamos con financiamiento y los resultados son favorables, podríamos disponer de la vacuna en 4-5 años", afirmó Kalergis.
El objetivo final es poder agregar esta vacuna a los programas de inmunización de los recién nacidos, que en Chile considera la vacuna contra la tuberculosis o BCG las primeras horas después del parto.
"El objetivo final es una dosis al nacimiento, a fin de que proteja contra la enfermedad los dos primeros años de vida. Sin embargo, debemos realizar estudios de seguridad y respuesta inmune en adultos voluntarios", explicó el científico
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