En nuestro país, de acuerdo a la Ley General de Personas con Discapacidad (No. 223), existen cuatro tipos de discapacidades, entre ellas se encuentran la física, intelectual, sensorial (visual y auditiva) y la psíquica o mental. En esta ocasión compartiré con ustedes algunas características y aspectos a tomar en cuenta sobre la discapacidad psíquica, que desde mi punto de vista es el tipo menos comprendido y aceptado en nuestro contexto.
En este sentido, resulta pertinente visibilizar a
este sector de la población, ya que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) los problemas relacionados con la salud mental están teniendo un incremento considerable a nivel mundial. Menciono a la salud mental porque la discapacidad psíquica está íntimamente relacionada con ella, ya que tiene que ver con los problemas en la salud mental. Así, este tipo de discapacidad se caracteriza por la presencia de alteraciones de los procesos cognitivos, volitivos, afectivos o psicosociales que se traducen en trastornos del razonamiento, de la personalidad, del comportamiento, del juicio y comprensión de la realidad, aspectos que dificultan un proceso de adaptación a la vida cotidiana impidiendo un adecuado desarrollo de las relaciones familiares, laborales y sociales, donde, en muchos casos, la persona no tiene conciencia de la enfermedad psíquica (Ley 223). Entre las principales discapacidades psíquicas se encuentran la depresión, los trastornos de ansiedad, la esquizofrenia y los trastornos de personalidad.
Entre los aspectos que debemos tomar en cuenta señalaré principalmente tres. El primero se relaciona con la importancia de un uso adecuado del lenguaje, ya que todavía se utilizan las siguientes denominaciones: “loco”, ”demente”, “esquizofrénico” y “psicópata”, entre otras, para referirse a las personas con discapacidad psíquica. La importancia de un manejo adecuado del lenguaje denota sobre todo respeto hacia la persona, pues antes que nada son personas, esto es importante a la hora de lograr sistemas de inclusión positivos. De esta forma debemos referirnos a este colectivo como “Personas con discapacidad psíquica o mental”.
El segundo aspecto tiene que ver con la importancia de implementar servicios de salud mental adecuados para este sector y para la población en su conjunto, pues la mayoría de los seguros de salud no cubren gastos relacionados con la salud mental, y ésta debiera ser considerada como un problema público, ya que el costo de las consultas psiquiátricas y psicológicas además de la compra de medicamentos en muchos casos no es accesible para las familias.
Por último, el tercer aspecto a tomarse en cuenta, se relaciona con la importancia de visibilizar a este colectivo de personas,
es decir que se hace necesario realizar campañas de información y sensibilización sobre la discapacidad psíquica, tanto en los medios
de comunicación social, como en las escuelas,
comunidades y otros espacios, además de incluir
este tipo de discapacidad en el sistema de evaluación de discapacidades de nuestro país, pues solo de esta manera se dará un primer paso que pueda favorecer adecuados procesos de inclusión familiar, educativa, laboral y social de esta población.
Para terminar, recordemos que la discapacidad psíquica nos concierne a todos y todas, pues por muchos factores relacionados con nuestro estilo de vida actual, cualquiera de nosotros o de nuestros seres queridos podría atravesar un problema relacionado con su salud mental que le lleve a vivir una situación de discapacidad.
Nota: Para cualquier consulta o comentario sobre la columna, contactarse con Claudia Méndez del Carpio
al correo electrónico claudiamend@hotmail.com
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