Que el cambio de hora no nos sienta bien no es nada nuevo. Pero según el profesor asociado de la división de enfermedades cardiovasculares de la Universidad de Alabama de Birmingham, Martin Young, "después de un adelanto de hora el riesgo de tener un ataque cardíaco el lunes o martes aumenta un 10 por ciento". También comenta que lo "contrario, cuando en octubre se retrase la hora, el riesgo disminuye en un 10 por ciento".
Otros días. El riesgo de ataque al corazón no es más alto en la mañana del domingo en el que se cambia la hora, ya que la mayoría de la gente no tiene que hacer un cambio abrupto en su agenda diaria. "El riesgo aumenta el lunes, cuando la mayoría de la gente tiene que madrugar para ir a trabajar", advierte Young. No se sabe con exactitud por qué ocurre esto, aunque hay varias teorías. La falta de sueño, nuestro reloj interno (biológico) y las respuestas inmunes pueden entrar en juego cuando se consideran las razones que hacen que el cambio de una hora pueda ir en detrimento de la salud de la gente./
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