Entre los pueblos primitivos el aborto no era considerado como delito y no era extraña la practica del infanticidio por razones eugenésicas. Por ejemplo los yanomano exterminan constantemente un gran porcentaje de sus bebés de sexo femenino, no solo mediante negligencia selectiva sino mediante actos específicos de asesinato dejando una proporción de 154 varones por cada 100 hembras. El primogénito ha de ser varón, luego tal vez eliminen las criaturas de ambos sexos.
En algunos pueblos antiguos como India, Asiria, China, Persia el aborto no era considerado como delito. En la India y Egipto acordaban derecho patriarcal absoluto, entonces los padres podían vender o matar a sus hijos, aun antes de nacer.
En la literatura Veda de la India el aborto se condenaba, si era provocado por la madre o con su consentimiento para que otra persona interrumpiera su embarazo. En el pensamiento budista según los textos Vinayas el aborto provocado se veía como una forma reprobable que causaba a otra persona la muerte.
En Egipto se permitía el aborto pero se castigaba severamente el infanticidio. El Ritual funerario, uno de los libros sagrados del Egipto, incluye entre una de sus prohibiciones el procurar el aborto. Conocían métodos contraceptivos ó abortivos, descritos simplemente como "abandono del estado de embarazo" descritos en los papiros de Kahun, Ebers, Berlín, Carlsberg y Ramesseum. Consistían en lavados de varios tipos, como el realizado con aceite muy caliente. Sin embargo, el provocar un aborto era muy castigado jurídicamente, aunque se lo justificase en algunos casos. En los casos de nacimiento con malformaciones físicas o con alguna enfermedad crónica no se recurría al infanticidio y los niños eran aceptados y considerados que habían sido tocados por la gracia divina e incluidos en la sociedad con un gran respeto.
El Código de Hammurabi, que data del siglo XVIII a.C., destacaba aspectos de la reparación debida a las mujeres libres en casos de abortos provocados mediante violencia por golpes, exigiéndose el pago de 10 siclos por el feto perdido.
Los hebreos, por su parte, penaban solamente los abortos causados violentamente. Los antiguos hebreos creían que el feto no tenía existencia humana antes de su nacimiento, y que el aborto en cualquier época del embarazo era completamente permisible, si se hacía en favor de la vida y la salud de la embarazada. El delito parece no haber prevalecido en el tiempo de Moisés, bien sea entre los Judíos o entre las naciones circundantes; por ejemplo no se mencionan en la extensa enumeración de pecados imputados a los Cananeos.
En Grecia, Sócrates abogaba porque el aborto fuera un derecho materno. La primera referencia al aborto se encuentra en los libros atribuidos a Hipócrates, quien negaba el derecho al aborto y exigía a los médicos jurar no dar a las mujeres bebidas fatales para el niño en el vientre.
Pero por otra parte los antiguos griegos apoyaban el aborto para regular el tamaño de la población y mantener estables las condiciones sociales y económicas. Platón recomendaba el aborto a las mujeres embarazadas mayores de 40 años (o si su compañero era mayor de 50 años) y además veía la terminación del embarazo no deseado como un medio para perfeccionar el propio cuerpo.
Aristóteles sostenía que el feto se convierte en 'humano' a los 40 días de su concepción, si es masculino, y a los 90, si es femenino. Aristóteles recomendaba el aborto para limitar el tamaño de la familia y en su Política lo dejaba librado a la madre, salvo cuestiones de Estado.
Según el derecho romano, al nasciturus no se lo consideraba persona, por lo que en la Antigua Roma el aborto estaba permitido; aunque, sin embargo, sí se le reconocían derechos. Por ejemplo, si la mujer embarazada estaba condenada a muerte, la ejecución se posponía hasta el nacimiento. También si el padre del nonato era senador al momento de la concepción, este nacía con los priviliegios de hijo de senador. En la época de Ovidio debió ser muy extendido pues escribió refiriéndose a las clases superiores:
Nunc uterum vitiat quae vult formosa videri, Raraque, in hoc aevo, est quae velit esse parens.
(N.T.: Ahora corrompe su vientre la que quiere verse hermosa, y es rara, en esta época, la que quiere ser madre.)
En el siglo II encontramos con el primer registro de leyes promulgadas por el Estado contra el aborto decretando el exilio contra madres y se condenaba a los que administraban la pócima abortiva a ser enviados a ciertas islas si eran nobles o a trabajos en las minas de metal si eran plebeyos.
En la Edad Media el derecho canónico dintinguía corpus formatum y corpus informatum. El primero es aquel en condiciones de recibir el alma convirtiéndose en feto animado, el segundo el que no había llegado a ese estado. Hubo división, pero en general se sostuvo que el o tenía lugar a los 40 días después de la concepción en los varones y a 80 en las mujeres.
Antes de la invención del condón en el siglo XVIII no existían métodos anticonceptivos seguros. Se recurría al infanticidio y al aborto como medios "pacíficos" para limitar la población. Durante el siglo XVIII muchos países del mundo crearon leyes que convertían el aborto en ilegal.
A principios del siglo XX, muchos países empezaron a despenalizar el aborto cuando este era efectuado para proteger la vida de la madre, y en algunos casos para proteger la salud de la madre. En 1920, durante el gobierno de Lenin, la Unión Soviética legalizó todos los abortos, pero esta política fue revertida en 1936 por Josef Stalin. Islandia fue el primer país occidental en legalizar el aborto terapéutico bajo circunstancias límite, en 1935.
Desde finales de la Segunda Guerra Mundial, en casi todos los países industrializados la normativa acerca del aborto comenzó a ser liberalizada y desde la década de los 50, la mayoría de los países ex socialistas de Europa central y del Este consideraron al aborto como un acto legal cuando se practicaba en el primer semestre del embarazo y a solicitud de la mujer embarazada.
En los años 50 existían solo 4 países que lo permitían solo en caso de conflicto con la vida de la madre (Argentina y Suiza), con fines éugenicos (Argentina), causas sentimentales (Argentina y Suiza), con miras neomalthusianas (Rusia y Japón). Rusia lo limitaban a los tres primeros meses y obligaban que fueran en los hospitales.
A finales de los años 60, las mujeres en Canadá, Estados Unidos, y después en casi toda Europa, empezaron a rechazar el dominio masculino en el debate sobre el aborto afirmando que la decisión de abortar es completamente personal.
Hacia finales de la década de los 60 y durante los 70, la mayoría de los países desarrollados despenalizaron el aborto y ampliaron las circunstancias en que éste es permitido.
En 1973 existían 44 países en los cuales el aborto era legal, de los cuales 19 sólo lo permitían por razones médicas, 6 incluían además razones morales y 19 más incluían otros tipos de razones. Los países de la Europa mediterránea (Italia, Portugal, España) e Irlanda de más honda influencia católica no tenían liberalizado ningún supuesto.
Sólo unos pocos países, como los escandinavos, despenalizaron el aborto antes que Gran Bretaña, en 1967. Poco después muchos otros países hicieron lo mismo, incluyendo Canadá (1969), Estados Unidos (para 1973 en la mayoría de los estados), Francia (1975), Nueva Zelanda (1977), Italia (1978) y los Países Bajos(1980). En 1975, la Corte Suprema Alemana abolió todas las leyes estatales que legalizaban el aborto, sosteniendo que contradecían los derechos humanos.
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