Las fiestas, risas y alcohol no faltan, pero qué pasa si está medicado. José Antonio González Correa, profesor de Farmacología y Vicedecano de Investigación de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Málaga, indica que alcohol interactúa con una importante cantidad de medicamentos. En función de cómo sea la ingesta, así será su efecto. Beber esporádicamente alcohol inhibe el metabolismo hepático de algunos fármacos; es decir, cambia el modo en que el hígado procesa y elimina esos medicamentos. Al disminuir su metabolismo, aumenta su actividad. En cambio, la ingesta regula elevadas cantidades de alcohol, aumenta el metabolismo de los medicamentos y reduce su efectividad.
Por ejemplo, la interacción del alcohol con algunos antiepilépticos puede tener importantes consecuencias, en ocasiones disminuye su eficacia y genera un mal control de la enfermedad./elmundo.es
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