La diabetes, en Santa Cruz, se encuentra entre las cinco principales enfermedades de riesgo. Las más comunes son la I y la II. “Esta última presente en la tercera edad”, dice la endocrinóloga Soraya Pérez, quien enfatiza que se presenta con pocos síntomas como bastante sed, deseo de orinar muchas veces al día, cambios bruscos de peso, cansancio, hormigueo en los pies e infecciones frecuentes.
Controles. Y es que “se descubre en muchas ocasiones de forma casual y puede permanecer ignorada por años”, indica por su parte, la doctora Lucía Lijerón. Las profesionales coinciden que el control es fundamental. De lo contrario pueden desembocar en complicaciones. Para ello recomienda mantener los valores de la glucosa en la sangre dentro de los niveles deseables. Recomienda la revisión de la vista una vez al año a partir de los cinco años de diagnóstico, porque este órgano puede sufrir deterioro que en casos graves llevan a la ceguera. Por otra parte, también se presentan las alteraciones de la circulación sanguínea y la disminución de la sensibilidad nerviosa.
Dieta. Las especialistas subrayan que la alimentación, que tiene que ser en una frecuencia de cinco raciones al día "aquí se debe trabajar con un nutricionista", indica Lijerón. No obstante, la Fundación para la Diabetes enfatiza en una guía para la dieta de un paciente que sufre este mal. Esta tiene que ser variada y equilibrada. Los pacientes pueden comer casi de todo, aunque, en los obesos, habrá que poner en marcha una restricción calórica, encaminada a obtener una reducción de su peso corporal. Debemos tener claro que los alimentos que puede ingerir el abuelo que sufre este mal son muchos y se pueden preparar hervidos, a la plancha o al horno.
Menú adecuado. La fundación plantea la siguiente dieta semanal: carne: 1 vez al día, fruta: 2-3 veces al día, legumbres: 1-2 veces a la semana, leche: 2 veces al día, queso: 1 vez al día, verduras: 1 vez al día, pescado: 3-4 veces a la semana y huevos: 4 a la semana.
La caminata de 15 minutos después de las comidas favorece
Un paseo de 15 minutos después de cada comida parece ayudar a las personas mayores a regular los niveles de azúcar en la sangre y podría reducir su riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, según investigaciones de la Escuela de Salud Pública y Servicios de Salud de la Universidad George Washington. El estudio, detectó que tres caminatas cortas después de las comidas fueron igual de efectivas para reducir el azúcar en la sangre durante 24 horas que 45 minutos a pie a un ritmo entre suave y moderada. Por otra parte, caminar tras la comida resulta significativamente más eficaz que un paseo duradero en la reducción de azúcar en la sangre de hasta tres horas después de la cena.
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