El pasado lunes falleció María (nombre ficticio), quien había decidido ser donante de órganos. El certificado que ella firmó para tal efecto la convirtió en la primera donante cadavérica de La Paz y del país con la nueva Ley de Trasplante de Órganos. Sus riñones salvaron la vida de dos pacientes, uno de ellos es sacerdote.
Durante varios días, María -de 50 años- permaneció internada en un nosocomio de El Alto a causa de una enfermedad severa. El lunes le diagnosticaron muerte encefálica. Su voluntad de ser donante ya estaba certificada y su familia no se opuso.
Ella, en vida, y su familia, tras el deceso, autorizaron mediante dos documentos al Programa de Salud Renal del ministerio que el cuerpo de María se someta a la ablación (extracción) orgánica.
"Hemos sido notificados para que nosotros (Clínica Alemana) y el Ministerio de Salud con su entidad operativa, el Programa de Salud Renal, hagamos todas las evaluaciones pertinentes del fallecido y en base a eso realizar la ablación orgánica”, informó el jefe de la Unidad de Trasplante de la Clínica Alemana, Luis Ibáñez.
El especialista comentó que la donación los "agarró en pañales”. Si el equipo hubiese tenido un receptor apto para trasplante hepático (de hígado), renopancreático (hígado y páncreas) y renal (riñón), se hubieran realizado más trasplantes de órganos del mismo donante.
"A pesar de hacer todos los esfuerzos, no tenemos el flujograma de asistencia y beneficio para pacientes que requieren el trasplante”, aseguró el también presidente de la Sociedad Boliviana de Trasplante.
Ibáñez contó que el mismo lunes los galenos acudieron al nosocomio para hacer la ablación de los riñones. Ingresaron a cirugía a las 22:00 y salieron a las 4:00 del martes. "Realizamos la extracción orgánica renal en su mismo quirófano”.
Los órganos fueron colocados en conservadores con químicos especiales y llevados a la Clínica Alemana, uno de los dos centros paceños acreditados para esa cirugía. Tiene el equipo, el personal y el área física adecuada.
Los riñones pueden esperar hasta 24 horas para ser trasplantados. Por ello, el lunes, junto al Ministerio de Salud, se aceleró la búsqueda de receptores compatibles en la lista de espera.
El primer trasplante de donante cadavérico se realizó el mismo martes en la mañana y el segundo a las 14:00. Ambas cirugías duraron más de cuatro horas. "El segundo trasplante se hizo con casi 14 horas de tiempo de isclemia fría. El beneficiario de esa cirugía es un sacerdote”, dijo.
El religioso de 64 años, de nombre Francisco, llevaba varios años con una grave enfermedad renal. "El paciente tenía agotados los accesos vasculares, que son aquellos espacios por donde se hace la hemodiálisis para depurar las toxinas”, comentó el especialista.
Éstos fueron los primeros trasplantes cadavéricos gratuitos que se realizaron en La Paz y en Bolivia en el marco del Decreto Supremo 1870, emitido por el Gobierno en enero de 2014.
Antes se habían hecho cirugías similares, pero en entidades privadas o seguros. El primer trasplante fue en 2011 en el Hospital Obrero y también fue realizado por Ibáñez ; el donante fue un afiliado y los beneficiarios, asegurados en el ente gestor.
El primer trasplante cadavérico gratuito exitoso -opina Ibáñez- es un estímulo para potencializar estas cirugías.
Salud debe elaborar un flujograma para identificar a donantes
El presidente de la Sociedad Boliviana de Trasplante, Luis Ibáñez, afirmó que con el DS 1870 de Donación y Trasplante de Órganos, Células y Tejidos, emitido en 2014, el Ministerio de Salud -a través del Programa de Salud Renal- debe realizar un flujograma para identificar a los potenciales donantes cadavéricos.
"Con el flujograma de trabajo, el ministerio debe realizar los pesquisajes de todos los pacientes potenciales de muerte encefálica en todos los centros que tengan terapia intensiva. Si todos los centros reportan, un comité del ministerio se desplazaría al centro para hacer la petición y la evaluación orgánica”, apuntó el especialista.
Aseguró que si esa evaluación es óptima y la familia del donante accede, se haría una rutina realizar esas intervenciones y existirían más pacientes beneficiados.
La norma señala que cuando los enfermos no tienen seguro, pero existen donantes cadavéricos, el Ministerio de Salud debe hacerse cargo de la ablación del órgano, el mantenimiento del paciente con muerte encefálica y la procuración orgánica. Todo ese procedimiento le cuesta al Estado 15.000 dólares, por paciente. Actualmente, hay una campaña por donantes.
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