viernes, 29 de abril de 2016
Las ocho cosas que no sabes sobre el mal aliento
El mal aliento lo sufren 7 de cada 10 personas y el 90% de los casos de halitosis se originan en la cavidad bucal, al contrario de la creencia popular de que se debe a problemas estomacales. Además, una de las principales causas de su aparición es la mala higiene bucodental. Las bacterias presentes en la lengua o los dientes descomponen los restos orgánicos creando unos gases sulfúricos que causan el mal aliento, por lo que cuando éstas aumentan, también lo hace la producción de gases. Una mala higiene de ortodoncia o implantes, las caries no tratadas o las fisuras en la lengua retienen estas bacterias y contribuyen a perpetuar el mal aliento.
«La halitosis es un problema oral de carácter personal pero de impacto social. Tiende a provocar un rechazo por parte de la sociedad y aumenta la inseguridad y falta de autoestima de la persona que la padece. Sin embargo, tiene una solución sencilla si se aborda correctamente: lo importante para tratar el mal aliento es eliminar las causas de la halitosis, no sólo enmascarar el olor», explican expertos en salud bucodental de Sunstar GUM.
Estos mismos profesionales enumeran una serie de aspectos que la población general desconoce sobre la halitosis:
1. La boca es el principal causante del mal aliento
Cerca del 90% de los casos de halitosis se originan en la cavidad bucal al contrario de la creencia popular de que es debido a problemas estomacales. Según estos expertos, la mayoría de casos de halitosis son consecuencia a una mala higiene bucal y a restos de comida que se quedan en los espacios interdentales o lengua y se degradan, contribuyendo al mal olor.
2. La lengua es «el origen de todos los males»
La parte superior de la lengua es el sitio favorito de las bacterias encargadas de degradar los restos de alimentación y crear los gases causantes del mal olor. Para evitarlas, recomiendan utilizar diariamente un limpiador lingual con doble hilera de filamentos para retirar la placa bacteriana de las ranuras de la lengua.
3. Higiene bucal como clave para evitar la halitosis
Tener una buena higiene bucodental que elimine los restos de comida y placa bacteriana es la herramienta básica para prevenir el mal aliento. Para ello es necesario no sólo cepillarse los dientes, sino mantener una buena rutina diaria de cepillado interdental con productos como los palillos interdentales o la seda dental.
4. El mal aliento afecta al mundo laboral
Tal como explica Eva Collado Durán, consultora estratégica de capital humano, un problema de olor como el mal aliento puede suponer un descarte en una entrevista de trabajo y conllevar complicaciones en el ámbito laboral como el rechazo de compañeros. Cuando una persona presenta un problema grave de olor y no lo ha tratado proyecta una imagen de despreocupación importante que se podría replicar en desinterés en el trabajo.
5. La halitosis tiene un impacto social importante
Los expertos de Sunstar recuerdan que la halitosis es un problema oral de carácter personal, pero de impacto social. El mal aliento lo sufre cerca del 60% de la población y tiende a provocar rechazo por parte de la sociedad, aumentando la inseguridad y falta de autoestima de la persona que lo padece. No obstante, recuerdan que existen tratamientos muy efectivos para paliarlo.
6. La halitosis puede ser un síntoma de una infección de encías
La halitosis puede indicar la presencia de una patología más grave en la cavidad bucal puesto que el mal olor es provocado por una importante presencia de bacterias en la boca, que, además, son las mismas que originan la gingivitis.
7. Existe el mal aliento imaginario
Uno de los aspectos más curiosos de la halitosis es que hay personas que padecen halitofobia; es decir, no tienen mal aliento pero creen que sí y están constantemente intentando remediarlo. En los casos más extremos, el miedo a padecer halitosis provoca una interrupción de la vida social por miedo al rechazo.
8. La saliva es la gran aliada
Aunque parezca mentira, la saliva es muy necesaria para mantener una buena higiene bucodental y para evitar el mal aliento. Entre sus múltiples funciones destaca la capacidad de eliminar placa bacteriana y reducir la aparición de sarro. Beber agua con frecuencia o tomar cítricos ayudan a aumentar su secreción.
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