A nivel mundial, el párkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa que tiene mayor incidencia, después del alzhéimer. Antes se pensaba que era un mal exclusivo de los adultos mayores, pero últimos datos revelan que la incidencia en personas cada vez más jóvenes aumentó.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la enfermedad de Parkinson afecta a una de cada 100 personas mayores de 60 años. Actualmente, hay unos 7 millones con esta enfermedad en el mundo y la OMS prevé que para el 2030 llegarán a ser más de 12 millones.
Aunque en Bolivia no se cuenta con datos estadísticos oficiales de enfermos con Parkinson, la cantidad de personas con este mal ha aumentado y la edad de inicio descendió, señalan especialistas en el área.
"Los parámetros estadísticos manejados a nivel internacional nos señalan que una de cada 100 personas mayores de 60 años, desarrollan Parkinson, si aplicamos estos datos a la población boliviana tendríamos actualmente más de 2.000 personas afectadas con la enfermedad", explica Nelly Fernández, coordinadora general de la Asociación de Parkinson "Mario Lagrava" (La Paz).
Si bien la mayoría de los casos se presenta en la población de más de 65 años, también fueron diagnosticadas personas entre los 35 a 65 años. Por ejemplo, en Cochabamba, el Centro Fortaleza tiene el registro de 90 personas con párkinson, de las cuales 15 tienen entre 35 a 40 años.
En Santa Cruz, "en nuestra consulta neurológica se diagnostica alrededor de 10 pacientes con enfermedad de Parkinson al mes entre las edades de 35 a 80 años", señala Janeth Laguna Montaño, neuróloga y experta en Parkinson y otros movimientos involuntarios.
En La Paz, "la Asociación de Parkinson 'Mario Lagrava' tiene registrado 120 personas con esta enfermedad", comenta Fernández.
"La enfermedad de Parkinson es una patología degenerativa, crónica y progresiva que afecta a un grupo de células del cerebro ocasionando la pérdida de una sustancia denominada Dopamina. Esta sustancia es muy importante para poder realizar movimientos, caminar y hablar. La enfermedad afecta tanto a hombres como a mujeres", señala Laguna, especializada en la Universidad de Pamplona- Navarra (España).
Se dice que es una enfermedad silenciosa porque muchos de los síntomas tardan años en desarrollarse (entre 15 o 20 años) sin causar alerta a la persona que lo padece.
Causas
A pesar de los avances en la medicina y los estudios realizados sobre esta enfermedad, sus causas siguen siendo un misterio, pues no existe una única explicación. Habría una combinación entre la predisposición genética a desarrollar la enfermedad y las causas ambientales como el estilo de vida, la alimentación o la exposición a determinados tóxicos, entre otros.
Al ser una enfermedad degenerativa, al pasar el tiempo los síntomas tienden a empeorar y aunque hay fármacos y terapias que pueden reducir estos síntomas, hasta ahora no existe una cura para este mal.
A medida que la enfermedad evoluciona la persona con párkinson requiere cuidados más específicos y concretos en sus actividades diarias, proporcionados en la mayoría de las ocasiones por un cuidador.
Por ello, un diagnóstico y tratamiento tempranos son clave para enlentecer su avance y brindar una buena calidad de vida de quien lo padece y del entorno familiar.
Síntomas motores y no motores
Entre los síntomas más comunes del párkinson se encuentran: el temblor en el reposo, lentitud en los movimientos voluntarios, rigidez, inestabilidad postural, ausencia de expresión facial (animia) y disminución del parpadeo o del movimiento de los brazos al caminar, explican los expertos.
Pero el párkinson no es una enfermedad con síntomas exclusivamente motores. También existen los no motores y estudios recientes revelaron que el 20 por ciento de las personas que padecen el mal, nunca desarrollarán temblores, el síntoma más evidente de esta dolencia.
Por ello, los expertos insisten en la importancia de detectar y tratar los síntomas no motores.
La depresión, angustia, ansiedad, las demencias, urgencia miccional, problemas gastrointestinales, trastornos del sueño, las caídas, la dificultad para oler una comida o un perfume, aumento de saliva, intolerancia al frío o al calor, son algunos de los síntomas no motores.
En síntesis, la enfermedad inicia con movimientos involuntarios en una de las extremidades, después suelen observarse signos bilaterales, dificultad para iniciar, realizar o terminar los movimientos. En su etapa más avanzada, el afectado adquiere posturas cada vez más incómodas y es propenso a caerse. Además, comienza a necesitar ayuda en actividades como bañarse, vestirse o digerir alimentos, explican los especialistas.
Tratamiento
Si bien no se puede curar el párkinson, se puede ayudar a controlar los síntomas con medicamentos que aumentan el nivel de la dopamina. Además, se recomienda una dieta sana, ejercicio físico, fisioterapia y evitar todo tipo de estrés.
Lo que se busca es que los enfermos con párkinson tengan una buena calidad de vida.
Tras ser diagnosticado por un neurólogo, los pacientes reciben un tratamiento farmacológico individualizado.
Al respecto, Óscar Araníbar -de 76 años-, que tiene la enfermedad de Parkinson explica que el costo de los medicamentos que tiene que tomar diariamente es muy elevado. Haciendo un análisis, al día necesita -sólo para sus medicinas- unos 52 bolivianos. Araníbar reclama apoyo y ayuda del Gobierno para este sector.
"El gasto mensual aproximado de un paciente con enfermedad de Parkinson oscila alrededor de los 200 a 300 dólares americanos por mes, dependiendo de la cantidad de fármacos que necesita diariamente. Las tabletas tienen un costo muy elevado y los pacientes tienen que tomarlos toda la vida y aumentar la dosis a medida que la enfermedad progresa", explica Laguna.
AVANCES EN LA INVESTIGACIÓN
Los avances en el diagnóstico y diversos tratamientos de la enfermedad de Parkinson están encaminados a encontrar biomarcadores que permitan la detección precoz del mal y conseguir nuevos fármacos sin los efectos secundarios de los actuales.
Por ello, la inmunoterapia, la medicina de precisión, las terapias génicas y las células madre serán las líneas de investigación estrella del futuro para poder dar solución a la esta enfermedad.
DÍA MUNDIAL
En 1997, la Organización Mundial de la Salud declaró el 11 de abril como el "Día Mundial del Párkinson", pues James Parkinson en 1817 descubrió lo que llamaría "parálisis agitante", conocido hoy como párkinson.
COCHABAMBA
En busca de una mejor calidad de vida
El Centro Fortaleza y la fundación "No me Olvides", en Cochabamba, cuentan con la Escuela de Parkinson dirigida a brindar apoyo a las personas con esta enfermedad, a familiares y cuidadores de los mismos. Su finalidad es brindarles una mejor calidad de vida.
Por ello, la Escuela de Parkinson está abierta los lunes, miércoles y viernes "con rehabilitación en reeducación de la marcha, equilibrio, fortalecimiento muscular y fonoaudiología. Los demás días ofrecemos apoyo con terapia cognitiva", comenta Ximena Badani, directora del centro que cuenta con más de 15 años de trabajo con personas con párkinson.
Asimismo, ofrecen capacitación y orientación a cuidadores y familiares de personas con párkinson. Las personas interesadas pueden llamar al Centro Fortaleza al 4424463 o al celular 72251010.
La fisioterapia es vital
Varios estudios realizados a nivel mundial demostraron que una simple sesión de ejercicios manuales de 15 minutos de duración mejora significativamente el movimiento y la destreza de los pacientes con párkinson, ayudándoles a ejecutar tareas como la escritura o el abotonado.
La fisioterapia es muy importante para una persona con párkinson, señala Sandra Siles, que cuida a su mamá con esta enfermedad. "Me atrevería a decir que 50% ayudan las medicinas y otro 50% la fisioterapia", comenta.
El rol de la familia
La familia es la piedra angular del paciente. Por ello, "los familiares deben apoyar, colaborar y entender que el paciente con enfermedad de Parkinson puede mejorar siempre y cuando esté supervisado por especialistas, disponga de los medicamentos y reciba la rehabilitación correspondiente. Es una enfermedad neurológica, por lo tanto la mayoría de los síntomas y reacciones que pueda tener el paciente no es de forma voluntaria, sino secundaria a su mal", explica la neuróloga Janeth Laguna.
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