El anillo vaginal con antirretrovirales se confirma como una alternativa eficaz para luchar contra el VIH después de que un análisis haya demostrado que puede reducir al menos un 56% el riesgo de nuevos contagios cuando se usa habitualmente, según nuevos datos de eficacia presentados en la última Conferencia Internacional sobre Sida celebra recientemente en Durban (Sudáfrica).
A primeros de año se presentaron los primeros resultados del estudio «Aspire» que informaban que este tratamiento, que libera de forma continúa el fármaco dapivirina, lograba reducir de forma segura el riesgo de infección por VIH un 27% a nivel general y hasta un 61% en la población de más de 25 años.
En este trabajo se ha tratado de evaluar si la adherencia a este tratamiento es clave para conseguir una mejor protección y los resultados muestran como «la protección puede ser significativa con un uso constante», ha destacado Elizabeth Brown, investigadora de la Universidad de Washington que ha participado en este trabajo financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH, en sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Un año después del inicio del estudio «Aspire», los investigadores midieron la cantidad de dapivirina que liberaron los anillos utilizados por 2.400 de las 2.600 participantes en el estudio para ver, junto con las cifras de nuevos contagios, qué relación había entre la adherencia al anillo y el riesgo de infección.
Las probabilidades de contagio caen en un 75%
Así, la adherencia se asoció con una reducción en el riesgo de infección por VIH de al menos 56%, mientras que cuando su uso era mayor las probabilidades de contagio se reducían hasta un 75%. En cambio, una baja adherencia no se asoció con una menor protección estadísticamente significativa.
El siguiente paso será analizar qué argumentos dan las mujeres para usar más o menos este anillo y poder planificar mejor su uso en la vida real, para lo que ya está previsto iniciar otro estudio conocido con el nombre de «Hope».
A diferencia del «Aspire», en el que las participantes no conocían hasta el final del estudio si habían recibido el anillo con dapivirina o un anillo con placebo, el equipo de este estudio ofrecerá el anillo a todo aquel que se inscriba y estará abierto a aquellas mujeres participantes que no han acabado infectadas. Asimismo, como ya sucedió en este primer trabajo, se llevará a cabo en Malawi, Sudáfrica, Uganda y Zimbabue.
Las participantes deberán usar un anillo mensual durante un máximo de 12 meses seguidos. Durante los primeros tres meses se someterán a revisiones mensuales en las que cambiarán de anillo y a partir del primer trimestre se espaciarán cada tres meses, llevándose tres anillos en cada consulta, para asemejarse a una situación más cotidiana. Durante las revisiones se analizarán los niveles residuales de dapavirina en los anillos devueltos y en sangre.
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