Un fármaco utilizado para reducir el riesgo de rechazo de órganos trasplantados demostró eficacia terapéutica al revertir los daños causados en el ADN por el envejecimiento, según un reciente estudio.
La investigación, a cargo de científicos del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano, la Universidad de Maryland, el Hospital General de Massachusetts y la Escuela Médica de Harvard, en Estados Unidos, fue publicada en la más reciente edición de Science Translational Medicine.
Se trata del sirolimus, con nombre comercial rapamycin, un inmunodepresor sintetizado a partir de una sustancia descubierta en la Isla de Pascua, explican los autores.
El hallazgo, destacan, puede conducir a mejores tratamientos en niños con Hutchinson-Gilford, o progeria, una enfermedad genética que provoca un envejecimiento ocho veces más rápido de lo normal.
En sus ensayos los investigadores compararon el efecto que produjo el fármaco en células tratadas y células no tratadas. De esta manera comprobaron que cuando las células de los niños con la enfermedad fueron expuestas al rapamycin, éstas lograron eliminar la acumulación anormal de progerina y sobrevivir más tiempo.
También pudieron observar que el núcleo de las células con progeria cambió y se convirtió en un ovoide, señaló Francis Collins, uno de sus principales autores.
A su juicio, la investigación podría tener implicaciones en el entendimiento del proceso de envejecimiento normal humano.
Varios estudios recientes reafirman que la proteína progerina se produce en bajas cantidades en individuos normales pero se acumula con la edad, subrayó científico.
El rapamycin presenta eficacia al prolongar las perspectivas de vida en ratones sanos, es una de las conclusiones de estos ensayos de la farmacología experimental.
El mismo mecanismo que acelera la eliminación de la progerina tóxica puede contribuir a un efecto beneficioso del rapamycin en la longevidad, aseveró el investigador. lac/alb
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