HAY TEORÍAS SOBRE LA RELACIÓN ENTRE EL TIPO DE SANGRE Y LA TOLERANCIA A ciertOS ALIMENTOS | CASOS CONCRETOS MUESTRAN QUE PUEDE SER DETERMINANTE PARA UNA BUENA SALUD.
Técnicamente, el promedio de seis litros de sangre que circula sin descanso por el cuerpo humano, tiene la función de llevar oxígeno, nutrientes y varias otras sustancias a una media de 100 mil millones de células que lo componen. Todo este complejo proceso para mantener vivo a un ser humano demanda una alta cantidad de materias primas que son los alimentos que a diario ingerimos. Por ello, la cantidad y la calidad de los mismos puede ser determinante para la adecuada función de la sangre y para una buena salud.
En Estados Unidos, a mediados del siglo pasado, el médico naturópata James D´Adamo notó que ciertos de sus pacientes mejoraban con una dieta vegetariana y que otros no reportaban ninguna curación. Apoyado en la premisa de que la sangre es la fuente principal de nutrición del organismo, empezó a buscar la relación entre el tipo de sangre y la tolerancia a determinados alimentos ya que, convencido de que en la naturaleza no existen dos seres animales, vegetales o minerales completamente idénticos; creía también que no todos los alimentos eran aprovechados de la misma manera por todas las personas.
El material de investigación que recopiló este médico ya fallecido, es actualmente reforzado y continuado por su hijo, Peter J.
D´Adamo que, a la luz de nuevos descubrimientos genéticos, asegura que “la clave de la importancia del tipo de sangre se puede encontrar en la historia de la evolución humana: el tipo “O” es el más antiguo; el tipo “A” evolucionó con la sociedad agrícola, el tipo “B” surgió a medida que los humanos emigraron hacia climas más fríos y severos y el tipo “AB” fue la adaptación totalmente moderna”.
Ramiro Gonzáles Yaksic, nacido en Cochabamba y licenciado en medicina de la Universidad Privada del Valle, trabaja con nutrición humana desde hace más de dos décadas pero desde el año 2005, aplica las teorías nutricionales de D´Adamo en sus pacientes.
Según su experiencia, la mayor parte de los cientos de enfermos que ha atendido en Santa Cruz, Sucre, Potosí, Cochabamba y La Paz, corresponden al tipo de sangre A, esto por la dieta cárnica que tienen y que les ocasiona diversos tipos de enfermedades crónicas.
Dice que la aplicación de esta nueva tendencia en nutrición también le ha dado buenos resultados al conseguir eliminar dolencias y mejorar sustancialmente la salud. Apoyó además a pacientes con cáncer que paralelamente eran sometidos a elevada cantidad de medicamentos y radiaciones, acciones conjuntas con las que se lograron buenos resultados.
LEVÍTICO, CAPÍTULO 11
Las religiones monoteístas más antiguas: Judaísmo, Islam y Cristianismo, comparten tradiciones sobre la pureza de la alimentación para una mejor salud y están contenidas en el Capítulo 11 del libro del Antiguo Testamento, conocido como Levítico, considerado sagrado para las tres religiones citadas. En general, el Levítico contiene todas las reglas y leyes que el pueblo judío debía cumplir tanto para sus ritos sagrados como la convivencia social y familiar, los negociosos y la comida. Es así que el Capítulo 11, bajo el título “Animales puros e impuros”, tiene interesantes advertencias que sirvieron a D´Adamo para reforzar sus teorías.
“Yahvé habló a Moisés y Aarón diciendo: Hablad a los hijos de Israel y decidles: He aquí los animales que podréis comer entre todos aquellos que hay sobre la tierra. Todo animal de pie partido, pezuña hendida y que rumie, lo podréis comer, pero no comeréis los que sólo rumian o sólo tienen hendida la pezuña. Tendréis como impuros, por consiguiente, el camello que rumia, pero no tiene partida la pezuña; el conejo, que rumia, pero no tiene partida la pezuña; la liebre, que rumia, pero no tiene partida la pezuña; el cerdo, que tiene partida la pezuña, pero no rumia. No comeréis sus carnes ni tocaréis sus cuerpos muertos; los tendréis por impuros.
Entre los animales que viven en el agua, podréis comer todos aquellos que tienen aletas o escamas, sean de mar o de río. Pero todos cuantos animales hay en las aguas y viven en ellas, tanto en los mares como en los ríos, serán inmundos para vosotros si no tienen aletas o escamas. Los tendréis por impuros, no comeréis su carne y evitaréis sus cadáveres. En una palabra, tendréis por impuro todo animal acuático que carezca de aletas o escamas. Entre las aves tendréis por inmundas y no las comeréis, por ser cosa abominable, el águila, el quebrantahuesos, el aliheto, el milano, el buitre con todas sus especies, el cuervo con todas sus especies, el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán en todas sus especies, el búho, el mergo, el ibis el cisne, el pelícano, el calamón, la garza, la cigüeña en todas sus especies, la abudilla y el murciélago.
Todo insecto alado que anda sobre cuatro patas lo tendréis por inmundo. Entre éstos podréis comer, sin embargo, aquellos que tienen sobre los pies patas que les permitan saltar sobre la tierra. He aquí los que podréis comer: toda especie de langostas, saltamontes, caballetas o grillos. Todo otro insecto alado de cuatro patas lo tendréis por inmundo”.
Por su parte, el Islam es tajante al igual que el judaísmo al prohibir la ingesta de carne de cerdo. Sin embargo, va más allá al prohibir el uso, ni como medicina, de los alcoholes y las bebidas fermentadas e incluso prohíbe comer aquellos animales que hayan muerto de manera violenta, ya sea por efecto de golpes, accidente, por sofocación, asfixia, devorados por animales feroces o inmolados por flechas. Los animales que deben morir para servir de alimento deben ser degollados correctamente, seccionando la tráquea, las carótidas y el garguero con un cuchillo bien filoso y pronunciando al mismo tiempo una alabanza al Alá.
QUÉ COMER SEGÚN EL TIPO DE SANGRE
SANGRE TIPO "O"
La sangre “Universal” tipo O tiene sus orígenes en el hombre de Cro-Magnon que apareció unos 40 mil años Antes de Cristo. Como el primer fabricante de armas y herramientas útiles se convirtió en el predador más peligroso de la tierra e hizo que la especie humana se posesione en la cúspide de la cadena alimenticia.
La dieta básica de este primitivo antepasado del humano actual estaba basada en la carne de animales, ya que al ser un cazador organizado necesitaba quemar grandes cantidades de energía que las conseguía a partir de las proteínas animales.
El tipo de sangre O, denominativo que viene de “Old” (antiguo o viejo en inglés), si bien debe tener una dieta basada en carnes magras (res, buey, vaca, cordero), aves (pollo, pavo, pato) y pescados; toda esta proteína animal debe equilibrarla combinándola con frutas y vegetales apropiados. También debe disminuir el consumo de granos, cereales, panes, legumbres (porotos, lentejas) y ciertos productos lácteos que son los que provocan acumulación de grasa y aumento de peso.
Ya que la tendencia natural de los cazadores de sangre O es hacia el consumo de abundantes carnes porque las pueden digerir y metabolizar muy bien gracias a sus ácidos estomacales, las personas que tienen este tipo de sangre deben procurar consumir un máximo promedio de 168 gramos de carne en cada comida y siempre combinarla de preferencia con vegetales y frutas.
SANGRE TIPO "A"
El grupo sanguíneo A apareció 25 mil años Antes de Cristo en la nueva Edad de Piedra como iniciadores de la agricultura y domesticación de animales, formando así comunidades sociales estables y estructuras de subsistencia permanentes.
Por la herencia que tiene de sus antepasados agricultores, la sangre A prospera con las dietas vegetarianas y es mucho mejor para su salud si consume todos sus alimentos frescos, puros y orgánicos.
Las personas de sangre A tienen un metabolismo completamente opuesto al tipo O y por ende no toleran la proteína animal, sobretodo la carne roja, pero tomando en cuenta la cultura alimenticia carnívora que rige, se les recomienda comer carnes magras y preferir las carnes blancas (pollo, pescados) antes que las rojas. El tomate, las lentejas, los garbanzos y el maíz son alimentos que pueden disfrutar ampliamente y que, por el contrario, ocasionan severos trastornos en personas de sangre O y B, por ejemplo.
Como agricultor y domesticador de animales, planear y asociarse es parte de la personalidad sanguínea tipo A.
SANGRE TIPO "B"
La sangre tipo B se desarrolló 10 mil años Antes de Cristo en la región del Himalaya, hoy Paquistán e India, en las tribus caucásicas y mongoles.
Por las características de sus orígenes, la dieta del tipo de sangre B, Balanza, debe estar basada en carnes magras, productos lácteos, abundantes vegetales, cereales (avena y arroz) y frutas específicas. Este grupo de sangre tiene problemas para procesar alimentos como el maíz, las lentejas, el maní, las semillas de sésamo y el trigo sarraceno que en la generalidad de los casos contribuyen a un aumento de peso.
SANGRE TIPO "AB"
El grupo de sangre AB es el más raro y moderno que se conoce y hasta hace tan solo doce siglos era inexistente y raramente se encuentra en las sepulturas europeas anteriores al siglo X de nuestra era. Actualmente sólo entre el dos y cinco por ciento de la población mundial tienen este tipo de sangre que, se considera, es resultado de una mezcla entre caucásicos tipo A y mongoles tipo B.
Si quiere mantenerse saludable, el moderno tipo AB debe restringir su ingesta de carnes y/o comerlas en pequeñas cantidades con vegetales y proteínas vegetales como el tofú. También le sientan bien alimentos como las lentejas, el garbanzo y el maíz.
• Ramiro Gonzáles Yaksic, estudió medicina general en la Univalle y hace siete años aplica las teorías del tipo de sangre y la alimentación en sus pacientes.
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