Obesidad, caries y hábitos nutricionales no indicados se encuentran entre ellos.
El consumo de bebidas gaseosas en niños menores de dos años, puede causar una predisposición a la obesidad, entre otros problemas de salud.
La nutricionista Paola Carvajal explica que las gaseosas "condicionan a los menores de dos años a tener sobrepeso u obesidad en lo posterior, también cambia sus hábitos alimenticios considerados como sanos".
Los menores deben consumir, según explica la nutricionista, jugos de frutas o refrescos hervidos, preferentemente endulzados con pequeñas cantidades de azúcar.
La temida diabetes. Gabriela Urquidi es madre de un niño de casi un año, ella cuenta que su pequeño consume gaseosas desdes hace dos meses. "Toma dos o tres cucharillas al día, le doy lo que tengo a la mano, si hay jugo, pues le doy eso".
Gabriela halló aliados en las bebidas con gas, a la hora de darle medicamentos a su niño, "como tienen un sabor fuerte, disimulan el del medicamento, le ayudan a pasarlo", cuenta la madre de 30 años.
La especialista en Nutrición también explica que el consumo de este tipo de bebidas aumenta potencialmente la probabilidad de que el menor de edad pueda adquirir diabetes.
Aunque Gabriela conoce las desventajas de proporcionar este tipo de bebidas a su retoño, piensa que es bueno que él pruebe de todo, "pero sin exageraciones".
Carvajal recomienda, de preferencia, no dar bebidas con gas a los pequeños, "puede ser en pequeñas cantidades o una vez a la semana, para evitar los problemas ya explicados".
PROBLEMAS ODONTOLÓGICOS. Otro de los problemas que causa el consumo exagerado de gaseosas se encuentra en la dentadura.
La odontóloga María del Rosario Benavides comenta que las gaseosas "contienen mucha azúcar, y eso es totalmente dañino para el esmalte dentario y también para las encías de los menores".
Explica que los líquidos pegajosos provocan la aparición de la placa bacteriana que causa el desgaste del esmalte, para luego dañarlo y producir la caries.
"La caries es el proceso de los microorganismos que entran en contacto con la placa bacteriana, el dulce y el gas más la saliva potencia su riesgo", dice.
Benavides no recomienda las gaseosas en la dieta de los niños, peor aún si tienen menos de dos años de edad.
Una lata de refresco de cola contiene, aproximadamente, diez cucharillas de azúcar, que resultan perjudiciales para la salud de los más pequeños. Por esta razón, comenzaron los conflictos entre la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las grandes transnacionales ligadas al azúcar. En 2003, la OMS intentaba publicar un informe sobre los peligros del consumo excesivo de azúcar. Sin embargo, las grandes trasnacionales intentaron impedir la publicación del documento, según denunció la OMS.
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