En Estados Unidos se puede recoger medicinas, vacunarse contra la gripe y comprar tabaco en el mismo establecimiento. Pero la gran cadena de farmacias y tiendas CVS quiere acabar con esta paradoja y sentar ejemplo con su decisión de reemplazar las cajetillas por una campaña para dejar de fumar.
En los locales de la cadena en Washington, como en los 7.700 que tiene en todo el país, no queda ni rastro de los paquetes de cigarrillos que antes estaban colocados estratégicamente junto al mostrador de pago. En su lugar, hay chicles de nicotina y otros productos para superar la adicción.
"Es que la imagen era muy irónica. Cajetillas de cigarrillos bajo el mismo techo y a pocos metros de donde hacen exámenes médicos y venden medicinas que en muchos casos son para aliviar o curar enfermedades relacionadas con el tabaquismo”, relató la mexicana Araceli Torres en uno de los CVS del centro de la capital.
La cadena, omnipresente en las calles del país, causó un gran impacto cuando anunció en febrero que "dejaría el tabaco” para ser consecuente con su objetivo de ganar espacio en el mercado del cuidado de la salud en EEUU.
La decisión de CVS, aplaudida de nuevo ayer por Barack y Michelle Obama, ha incrementado la presión sobre competidores como Walmart y Walgreens para que sigan el ejemplo.
En los letreros de esta cadena dice "CVS Pharmacy”, pero lo que hay dentro de sus establecimientos es mucho más que una farmacia: material escolar, productos de limpieza, comida preparada, juguetes infantiles, revistas, higiene íntima, paraguas, cosmética, aperitivos y ropa de bebé.
Por eso estos locales, aún libres de tabaco, siguen llenos de contradicciones: a pocos pasos de la máquina para medir la presión arterial se extienden pasillos enteros en los que reina la grasa saturada en forma de calóricos dulces, enormes bolsas de patatas fritas y refrescos azucarados.
El concepto de farmacia estadounidense se parece muy poco a la imagen del negocio pequeño, familiar y restringido a la salud que existe en otros países. Al contrario, las farmacias se encuentran en grandes espacios, suelen pertenecer a cadenas con miles de establecimientos y o bien venden todo tipo de productos (como CVS) o son un departamento de una tienda o supermercado.
No en vano una de las primeras preguntas que asaltan al que acaba de mudarse a Estados Unidos o está de visita en el país es ¿aquí no hay farmacias? En las calles no hay ni rastro de cruces griegas o de Malta verdes, ni Copas de Higía, ni mortero y pistilo, ni el símbolo de receta, ni varas de Esculapio ni la A roja gótica de las Apotheke alemanas.
Ninguno de estos símbolos tan reconocibles de los barrios europeos y latinoamericanos puede encontrarse en un país donde las farmacias acostumbran a estar dentro de grandes negocios donde se vende casi de todo.
En las tiendas Sedano’s, muy populares en Miami, el cliente que acude con un dolor de cabeza puede, además de adquirir medicinas para calmar su molestia, endulzarse el día con un vaso de jugo de caña de azúcar recién hecho en una de las vistosas máquinas del local.
"Es de lo más curioso que he visto. Ir por lo que te recetó el médico y salir con un jugo fresco en la mano como si estuvieras de vacaciones en el Caribe”, comentó la joven Daimaris Merino, que hace unos días intentó comprar su marca de tabaco en CVS y no pudo porque ya estaban liquidando existencias. (EFE).
La cadena CVS causó un gran impacto cuando anunció en febrero que "dejaría el tabaco”.
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