jueves, 25 de septiembre de 2014

El autismo y el apoyo terapéutico de profesionales

Esta patología neurológica abarca una serie de trastornos que afectan las capacidades comunicativas, la sociabilización y la empatía de la persona. Requiere un tratamiento en base a terapias y acompañamiento.
8 MANERAS DE AYUDAR A LA PERSONA AUTISTA

El autismo consiste en un trastorno neurológico relacionado con anomalías en el desarrollo del sistema nervioso central. Existe una gran disparidad en sus causas y formas clínicas, lo que complica considerablemente las posibilidades de tratamiento. Sin embargo, es importante destacar diferentes enfoques que permiten ayudar a la persona autista en su vida cotidiana.

Protección

Las personas autistas suelen herirse con golpes, automutilaciones, caídas, ingesta de productos tóxicos, entre otros. Por lo tanto, es primordial protegerlas y así, evitar que se hagan daño. Puedes pedir consejos a un psicólogo o médico para que te ayude a incrementar la protección que debes proveerle al paciente. Asimismo, es importante alejar todos los artículos cortantes y tóxicos de su alcance para limitar posibles accidentes.

EJERCICIOS

FÍSICOS

La ocupación física de la persona autista coadyuva a desviarla de las obsesiones, perseveraciones y estereotipias que corresponden a una tendencia a repetir los mismos gestos, palabras o comportamientos y las cuales son muy comunes en esta enfermedad. De esta manera, no dudes en practicar deportes con el paciente y actividades de grupo. Existe una gran cantidad de opciones según los gustos de la persona autista. Asimismo, realizar ejercicios físicos a diario es sumamente benéfico para su salud.

INTEGRACIÓN

SOCIAL

Esta terapia tiene el objetivo de regular el comportamiento del paciente en función a las aferencias sensoriales. Cuando la persona autista no las integra correctamente, dispone de medios reducidos para utilizar adecuadamente su cuerpo, planificar sus gestos y estar atenta a su entorno. El método de integración sensorial emplea diversas actividades para ayudar al paciente a regular sus reacciones. El terapeuta favorece la tranquilidad y la atención para asociar las sensaciones e informaciones que provienen de los gestos, posturas y tensiones del entorno. Asimismo, esta técnica contribuye a conocer mejor su cuerpo.

ESTIMULACIÓN

MULTISENSORIAL

Se trata de crear un espacio particular que permite estimular los diferentes sentidos, es decir, la vista, oído, gusto, tacto y olfato. Se utilizan efectos de iluminación, superficies táctiles, músicas meditativas y perfumes relajantes. Esta técnica permite manipular las variables sensoriales, su intensidad, frecuencia y calidad para observar la reacción de la persona autista a las mismas. De esta manera, se puede identificar y controlar los factores que le provocan angustia y agresividad, así como los que le relajan.

COMUNICACIÓN

SIMPLIFICADA

Esta técnica consiste en enseñar a escribir utilizando el tacto en vez de la visión, ya que algunas personas autistas desarrollan más este sentido. Luego, se asocia las letras palpadas con la vista y el oído. El terapeuta sostiene la mano del paciente para guiarlo y reducir la fuerza ejercida sobre la tecla. Este método ayuda a incrementar las capacidades de comunicar para que la persona autista logre hacerlo de manera autónoma.

PICTOGRAMAS

Es un método que permite favorecer el aprendizaje de la comunicación con la ayuda de pictogramas, los cuales son imágenes significativas que representan una palabra o idea. También se puede asociar con la enseñanza del lenguaje de señas. Esta técnica permite compensar la ausencia de lenguaje oral en algunos pacientes. Se recomienda iniciar el método de los pictogramas lo más temprano posible en el niño autista para favorecer sus capacidades de comunicación.

COMPORTAMIENTO

Las técnicas de modificación del comportamiento contribuyen a reforzar las actitudes deseadas en la persona autista y limitar las conductas negativas. El método TEACCH (Treatment and Education of Autistic and related Communication handicapped Children) utiliza los conocimientos sobre el desarrollo cognitivo del niño autista para establecer sistemas educativos y escolares eficaces. Se privilegia el aprendizaje de las habilidades espaciales y mnémicas. Consiste en adaptar el entorno al paciente. En cuanto al método LOVAAS (que debe su nombre al científico que lo creó), consiste en una técnica opuesta, ya que intenta adaptar la persona autista a su entorno. Para que este método funcione, se utilizan refuerzos físicos y sociales como felicitaciones.

NUTRICIÓN

Recientes investigaciones científicas demostraron que una alimentación libre de gluten es benéfica en el tratamiento del autismo. Asimismo, es importante que los pacientes intenten limitar su ingesta de caseína, la cual consiste en una proteína que se encuentra en los productos lácteos, ya que muchas personas autistas presentan una alergia leve a la misma. No dudes en pedir consejos a un nutricionista para elaborar comidas equilibradas y sanas. Asimismo, el autismo puede acarrear déficits nutricionales de zinc, calcio, magnesio, omega 3, fibras, antioxidantes y vitaminas. Por lo tanto, es necesario optimizar estos aportes para evitar carencias.

PARA leer en profundidad

Sus causas y manifestaciones clínicas

El autismo es una afección que se desarrolla generalmente en la niñez antes de los 3 años de edad. Sus causas siguen siendo poco conocidas, pero existen factores genéticos y ambientales que influyen sobre el desarrollo del cerebro. Se estima que diversos genes están implicados en la aparición de esta afección en el niño, los cuales juegan un rol importante en la maduración fetal del cerebro. En cuanto a los agentes ambientales, la exposición a sustancias tóxicas durante el embarazo, complicaciones en el parto e infecciones antes del nacimiento pueden favorecer la aparición del autismo. Al contrario de lo comúnmente pensado, la educación y el comportamiento de los padres no provocan esta enfermedad. Las personas autistas suelen tener problemas en las interacciones sociales, el lenguaje, la comunicación y el comportamiento. La severidad de los síntomas varía según los pacientes. Generalmente, se observan dificultades para efectuar contactos visuales, entender las expresiones faciales y expresar las emociones. Además, la persona autista prefiere jugar sola y presenta complicaciones para acceder a lo imaginativo. En cuanto al lenguaje, el paciente suele hablar de manera tardía, tener incapacidad en seguir una conversación, dialogar con un ritmo o tonalidad anormal, repetir algunas palabras, entre otros. A nivel comportamental, la persona autista tiende a efectuar movimientos repetitivos, ser dependiente a rutinas y sufrir de hipersensibilidad a la luz, sonidos o algunas texturas. También puede presentar signos de agresividad y autodestrucción.
El autista, un sujeto más allá de un diagnóstico

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Gabriela Villarroel

Psicoanalista

Posgrado en Psicoanálisis en el Instituto Clínico

de Buenos Aires (ICdeBA)

Investigación y Docencia en Autismo y Psicosis

Infantil en Buenos Aires - Argentina

En la actualidad se ve un aumento notable del diagnóstico de autismo, uno se podría preguntar ¿de dónde surge esta proliferación de autistas? ¿O es más bien una proliferación del diagnóstico? Dentro de los "fenómenos autistas" más comunes, está la dificultad del acceso al lenguaje, indiferencia al otro, ausencia de contacto visual y apego inusual a los objetos. Es alarmante como actualmente existen diagnósticos

realizados sólo tomando en cuenta estos rasgos, y no con la rigurosidad y tiempo necesario para hacer la evaluación.

Desde el Psicoanálisis de Orientación Lacaniana, consideramos fundamental hacer la diferencia entre una "Presentación Autista" y una "Estructura Autista". La primera se muestra en niños con conductas comúnmente conocidas como propias de los autistas, pero con un trabajo terapéutico bien orientado que no lo clasifique rápidamente como autista, estas conductas ceden y se produce un viraje. Esto a diferencia de una "Estructura Autista" considerada como un funcionamiento subjetivo singular que se mantiene a lo largo de la vida y que determina la construcción de la realidad, la relación al lenguaje, a los objetos y al cuerpo.

Para el psicoanálisis los síntomas son considerados como signos de la subjetividad, entendida ésta como una posición de existencia que siempre adopta formas particulares, se considera que los síntomas están al servicio de un trabajo de defensa del sujeto frente a la angustia. En este sentido, para pensar un trabajo terapéutico con el autismo, no se debe considerar que los "síntomas autistas" sean la consecuencia de un déficit que debe ser reeducado, ni la expresión de una enfermedad, sino tomar en cuenta que esas manifestaciones implican un esfuerzo y que además, obedecen a una lógica singular. Hay que tomar en serio el malestar del niño y el por qué de sus defensas, no consideramos que sus conductas deban ser de entrada rectificadas o modificadas sin antes tener en cuenta la lógica que las causa. Para un niño autista como para cualquier otro niño, no hay otra normalidad que el modo de funcionamiento que le sea propio, es decir, su modo de estar en el mundo.

Es así que el tratamiento desde el Psicoanálisis de Orientación Lacaniana se rige por el principio clínico y ético del uno por uno, acogiendo lo singular de cada sujeto, siendo esto la base de su operatividad y eficacia. Sin buscar generalizar al niño en una clasificación o conjunto de síntomas, ni forzarlo a entrar en esquemas mecanicistas que eliminan su subjetividad que es lo más propio de su ser.



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