La farmacéutica nipona Takeda está desarrollando una vacuna contra el dengue cuya comercialización está prevista para 2017, informó el diario Nikkei, un anuncio que coincide con el primer brote de esta enfermedad en Japón en décadas.
La vacuna, todavía en fase experimental, emplea virus vivos atenuados de esta enfermedad transmitida por mosquitos, y es obra del laboratorio estadounidense Inviragen, adquirida por Takeda el año pasado.
La seguridad y la eficacia del nuevo fármaco ya han sido probadas en Colombia en un centenar de personas de entre 18 y 45 años, según los resultados de los ensayos médicos publicados este mes por una revista británica especializada.
De las 100 personas a quienes se administró la vacuna, 76 desarrollaron anticuerpos contra el virus, y de ellos el 96 por ciento contaba con defensas efectivas contra tres serotipos del dengue, y el 60 por ciento contra los cuatro serotipos conocidos.
La segunda fase de las pruebas clínicas analizará los efectos del tratamiento en un grupo mayor de sujetos, y se están llevando a cabo actualmente en Colombia, Singapur y Tailandia.
Si el proceso no sufre contratiempos, Takeda prevé empezar la comercialización de la vacuna en 2017 en las zonas donde el virus es más frecuente, el sudeste de Asia, Latinoamérica y África.
Por el momento, la farmacéutica no planea vender la vacuna en Japón, donde en las últimas semanas ha aparecido el primer brote de dengue desde 1945, que afecta ya a más de 70 personas.
La farmacéutica francesa Sanofi también está desarrollando una vacuna contra el dengue, que se encuentra ya en su fase final de pruebas y con fecha estimada de comercialización en 2015.
Cada año se registran entre 50 y 100 millones de contagios de dengue en todo el mundo, y su tasa de mortalidad es del 2.5 por ciento, muy inferior al de otras enfermedades como el ébola, que puede llegar al 90 por ciento , según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los casos reportados en el continente americano se incrementaron cinco veces, desde 517 mil 617 casos en el 2003, a un nivel sin precedentes de 2.3 millones en el 2013.
Una vacuna contra el dengue representaría un avance mayor para el control de la enfermedad y podría ser una herramienta importante para alcanzar el objetivo de la OMS, de reducir la mortalidad por esta enfermedad en al menos 50 por ciento para el 2020.
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