Alguna vez le gritaron al oído y sintió que quedó sordo. Pues no solo fue una sensación, ya que un reciente estudio realizado por científicos británicos estableció que escuchar música con volumen alto daña las células de los nervios auditivos, causando sordera. Pero de qué manera y con qué magnitud resulta negativo para los jóvenes que actualmente son los que más suelen utilizar estos elementos que son parte de su vida. "Es necesario que disminuyan el uso", advierte el otorrinolaringólogo Daniel Raldes Paz.
Reduzca el volumen. En este sentido, el profesional indica que actualmente el uso de los audífonos en los preadolescentes es más frecuente que antes.
Raldes, recomienda a los padres tomar medidas al respecto para evitar deficiencias auditivas futuras. “Los jóvenes tienen que reducir el uso de estos elementos o al menos disminuir el volumen”, aconseja el especialista
“No se puede cuantificar cuanto deban o no utilizar los audífonos, puesto que en cada persona variará los efectos en cuanto a su salud”, aclara el profesional
Vibraciones que provocan sordera. Por su parte, el estudio llevado a cabo en la Universidad de Leicester, Inglaterra, encontró que incrementar el volumen de nuestros audífonos o escuchar ruidos altos daña la capa que recubre las células nerviosas que se encargan de transmitir las señales de sonido al cerebro”, indica el artículo publicado en la BBC.
Además, explica que el oído detecta vibraciones que son transformadas en impulsos eléctricos que las neuronas transportan hacia el cerebro, donde percibimos el sonido.
Según explican los autores, las neuronas que transportan los impulsos eléctricos del sonido están recubiertas por una capa, llamada mielina, la cual es esencial para que esos impulsos lleguen al cerebro. Los científicos descubrieron que la exposición a sonidos altos, por ejemplo de más de 110 decibelios, puede destruir este recubrimiento e interrumpir la llegada de la información al cerebro. (A nivel medio, un aparato de MP3 alcanza entre 85 y 90 decibelios).
Efectos reversibles. Pero este daño a la mielina, como explica la doctora Martine Hamann, quien dirigió la investigación, puede revertirse y lograr que las neuronas vuelvan a funcionar con normalidad restaurando el oído. "Ahora entendemos por qué la sordera, en algunos casos, puede revertirse", explica la investigadora.
"En cerca de la mitad de las células que analizamos, demostramos que la cubierta del nervio auditivo se había perdido, casi como si se hubiera arrancado el cable eléctrico que une al amplificador con el altavoz". "El efecto es reversible y después de tres meses el oído logra recuperarse igual que la capa que cubre el nervio auditivo", expresa la doctora Hamann.
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