Esta enfermedad se caracteriza por el daño que produce el alcohol al hígado. El hígado es un órgano grande situado en a lado derecho del abdomen, casi por debajo de las costillas y una de sus funciones es de metabolizar sustancias que se consumen como; medicamentos, y en este caso el alcohol, si el consumo de este último es excesivo, el hígado dejará de funcionar ocasionando una de sus complicaciones, llamada cirrosis.
La cirrosis es la consecuencia de un daño en el hígado, habitualmente durante varios años, se caracteriza por la acumulación de fibrosis ("cicatrices") en el tejido hepático. Estos cambios que ocurren en el hígado interfieren con su estructura y funcionamiento normal deteriorando el equilibrio del organismo del paciente que puede llevarlo a la muerte si no se toma las precauciones necesarias.
El espectro de lesiones hepáticas producidas por alcohol es muy variable . Está en relación sobre todo con la cantidad diaria de alcohol consumido y el tiempo de consumo de alcohol. Por otra parte, existe una susceptibilidad individual que explica el porqué solamente un 15-20% de los alcohólicos desarrollan cirrosis. Las mujeres pueden tener daño hepático por alcohol con un consumo menor que los hombres.
Para que el hígado se convierta en un órgano lleno de cicatrices (cirrosis) y por tanto pierda la capacidad normal de sus funciones, tiene que pasar por lo siguiente: Primero en el hígado se acumula poco a poco grasa (esteatosis hepática), en esta primera etapa el paciente no presenta alguna manifestación clínica, en la segunda etapa las células del hígado se degeneran y los síntomas ya son notorios como; falta de apetito, pérdida de peso y dolor abdominal. Si el paciente no deja de consumir el alcohol, su problema se agravara, manifestándose, como un hígado que no funciona.
Para el diagnóstico de esta enfermedad, es muy importante las manifestaciones clínicas que presenta el paciente, los antecedentes, por ejemplo, si es consumidor exagerado de bebidas alcohólicas, los análisis de laboratorio y biopsia hepática contribuirán de gran manera para el diagnóstico de esta enfermedad. El tratamiento dependerá de la etapa en la que se encuentre el paciente.
No consuma bebidas alcohólicas de forma exagerada, si lo hace acuda al médico quien lo orientará aún más sobre la enfermedad y las complicaciones que esta conlleva, no sólo de salud sino desde problemas psicológicos, laborales y familiares.
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