Un tipo de pigmento feomelanina, que predomina en la piel de las personas con cabello rubio o pelirrojo podría ser el responsable de que estas personas tuvieran un mayor riesgo de desarrollar el cáncer de piel más agresivo, el melanoma.
Ya se sabía que tener la piel y el cabello claros implica una menor protección natural frente a los rayos ultravioleta pero, según una investigación cuyos resultados se han publicado en “Nature”, la mayor presencia de feomelanina en la piel de estas personas explica por qué tienen más posibilidades de desarrollar melanoma que las personas con piel y cabello más oscuros, en las que en vez de feomelanina cuyo color es entre el rubio y el rojo, el pigmento que predomina en su piel es eumelanina de color marrón oscuro o negro. Como explica David Fisher, uno de los autores del estudio, comprender la asociación puede contribuir a desarrollar protectores solares más eficaces./
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