Tener diabetes significa que estás monitoreando con frecuencia los niveles de glucosa en la sangre para mantenerlos cerca del rango normal y así evitar que las subidas o caídas extremas del azúcar, puedan causarte complicaciones. Sin embargo, es normal que los niveles de la glucosa en la sangre varíen durante el día, tanto en las personas con diabetes como en las personas que no la padecen. Lo que comes, tu nivel de actividad física, cuando se tiene alguna enfermedad (como un resfriado, una gastroenteritis, etc.) e incluso factores como el estrés, influyen en las fluctuaciones. Si tienes la glucosa en la sangre (glucemia) en niveles altos, es lo que se conoce como hiperglucemia. Algunas de sus causas incluyen algo que comiste o bebiste (el café de la mañana, por ejemplo), desequilibrio en las hormonas o si tu cuerpo está combatiendo alguna infección. Por otro lado, los síntomas de la glucosa baja o hipoglucemia típicamente los sospecharás si te sientes débil, cansado, sudoroso, irritable, con hambre, intranquilo, si tu corazón late rápidamente (a esto se le llama taquicardia) y/o algunas personas pueden tener visión borrosa transitoriamente. Si tienes un monitor de glucosa y ves que tu nivel está por abajo de 70 mg/dl, necesitas atención inmediata. En casos muy severos la persona puede perder el conocimiento.
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