Si bien el término "adicto" suena bastante fuerte, muchas personas no pueden dejar pasar un día sin tomar una bebida burbujeante. Lo que sucede, según la Asociación de Dietética Británica, es que al tomar gaseosas las personas perciben un incremento instantáneo de energía causado por el azúcar. Sin embargo, los azúcares simples (sacarosa y glucosa) son consumidos rápidamente por el cuerpo, por lo que esa subida es seguida por una caída brusca de energía. Esto hace que las personas piensen que el "efecto" ha pasado y que necesitan otra gaseosa más.
Riesgos en la salud. "Diversos estudios revelan que la salud se ve muy perjudicada con el consumo habitual de sodas", señala la nutricionista Martha Tarifa Aparicio. En Santa Cruz, se ve la prevalencia de enfermedades como la diabetes y la obesidad. Si una persona toma diariamente una gaseosa durante 4 años hará que suba 4,5 kilos. En cuanto a la diabetes, el jugo artificial tiene el doble de posibilidades de desarrollar la enfermedad. Por otra parte, un estudio publicado en la revista de la Asociación Americana del Corazón indica que aquellas personas que toman gaseosas todos los días, por lo menos durante cuatro años, tienen 25% más probabilidades de sufrir de alta presión sanguínea y 32% de que los niveles del colesterol bueno disminuyan. El aumento en el consumo de estos refrescos también se relaciona con los cálculos renales y con el deterioro de los dientes. La cafeína puede ser altamente adictiva y puede causar hábito, por lo que muchas personas evitan o no pueden dejarla abruptamente.
Consejos para reemplazarla. Ante esta situación, ¿cómo puede usted superar la dependencia a las gaseosas? Para ello, la nutricionista Martha Tarifa nos brinda algunos consejos. Lo primero es hidratarse con agua. El cuerpo requiere agua para su óptimo funcionamiento, beba un vaso cuando sienta el antojo de una soda. Y si lo que se le antoja es algo con gas, la mejor opción es agua mineral. Otro consejo es tomar refrescos naturales de frutas como limón, naranja, grey, maracuyá, linaza. Endúlcelo con algún edulcorante, chancaca o miel, en lo posible evite el azúcar. Las infusiones de té verde, boldo, manzanilla, o cedrón también son muy recomendables. Si, por otra parte, el problema está en las reuniones de amigos y familiares donde estas bebidas son infaltables, es hora de concienciarlos, tome agua o pida un refresco natural de frutas.
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