Las mismas prácticas que contribuyen al envejecimiento saludable y a la vitalidad física también contribuyen a fortalecer la memoria para mantenerla sana.
Haz ejercicio regularmente: El ejercicio regular aumenta los factores de crecimiento cerebral y fomenta el desarrollo de nuevas células cerebrales.
También marca una enorme diferencia en el manejo del estrés y en el alivio de la ansiedad y la depresión.
Actividad social: Las personas que carecen de contacto social con los amigos y la familia están en mayor riesgo de sufrir problemas graves de memoria que las personas que tienen fuertes lazos sociales.
La interacción social ayuda a la función del cerebro en varias maneras: A menudo involucra actividades que desafían la mente y que ayudan a prevenir el estrés y la depresión.
Razones sobradas para que te unas a un club de lectura, vuelvas a conectar con viejos amigos o visitar el centro de jubilados locales. Estar con otras personas te ayudará a mantenerte más fuerte.
Dieta: Come muchas frutas y verduras, así como beber té verde, ya que estos alimentos contienen antioxidantes en abundancia, que pueden evitar la oxidación de tus células cerebrales.
Los alimentos ricos en grasas omega-3 (como el salmón, el atún, la trucha, nueces y linaza) particularmente son buenos para el cerebro y la memoria. Comer demasiadas calorías, sin embargo, puede aumentar tu riesgo de desarrollar pérdida de la memoria o deterioro cognitivo.
Control del estrés: El cortisol, la hormona del estrés, daña el cerebro a través del tiempo y puede conducir a problemas de memoria.
Pero incluso antes que esto suceda, el estrés o la ansiedad pueden causar problemas de memoria en el momento. Cuando estás estresado o ansioso, es más probable sufrir fallos de memoria y tener problemas para concentrarte o aprender.
Duerme lo suficiente: El sueño es necesario para la consolidación de la memoria, el proceso de formación de nuevos recuerdos y almacenamiento, para su posterior recuperación.
La falta de sueño reduce el crecimiento de nuevas neuronas en el hipocampo y causa problemas con la memoria, la concentración y la toma de decisiones.
Incluso puede conducir a la depresión, otro factor que afecta de forma notable la memoria.
No fumes: Fumar aumenta el riesgo de trastornos vasculares que pueden causar un accidente cerebrovascular y constricción de las arterias que proporcionan oxígeno al cerebro.
Como puedes ver, son consejos relativamente sencillos de aplicar y básicamente relacionados con el estilo de vida imperante en nuestra sociedad al día de hoy.
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