Las amígdalas son glándulas que se encuentran en la parte posterior de la garganta. Con frecuencia se extirpan junto con las adenoides. Esta cirugía se denomina adenoidectomía y casi siempre se hace en los niños. Las amígdalas ayudan a proteger el cuerpo contra infecciones. Sin embargo, los niños con amígdalas grandes pueden tener dolores de garganta e infecciones del oído, por tal motivo lo ideal es hacerle esta operación.
A tomar mucho helado. Cualquier niño que haya sido sometido a una amigdalectomía ha recibido un sabroso consuelo: toneladas de helados. La consistencia del helado lo hace un elemento apto para que el paciente se alimente en el posquirúrgico, ya que no le raspa las heridas que produce la cirugía. Por estar frío evita que se produzca la vasodilatación y el riesgo de sangrado.
Un doctor nos aconseja. El pediatra Fabián Barja dice que las amígdalas se operan por lo menos cuando hay tres crisis agudas de amigdalitis con mucha fiebre. A esto se le debe sumar la comprobación de una bacteria causante de complicar las articulaciones y provocar en un futuro reumatismo o la llamada fiebre reumática que no solo ataca las articulaciones sino que también daña el corazón.
1. Edad. Las amígdalas son importantes para el desarrollo del sistema inmunológico y de anticuerpos en los niños. Después de los 6 o 7 años las amígdalas no cumplen ninguna función.
2. Sin cambios. Está comprobado que no hay ningún cambio en el sistema inmunológico luego de sacarlas.
3. Importante. Las amígdalas son tejidos linfáticos y hay estudios que demuestran que en su interior existen células de inmunidad.
4. Dolor. Los niños, por alguna razón, parecen recuperarse bastante rápido, pero los adultos sufren más dolor post operatorio.
5. Salud. No hay ningún aumento del riesgo de contraer infecciones u otros problemas por extirpar las amígdalas.
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