En invierno, la incidencia de consultas médicas de atención primaria por resfríos comunes aumenta, los cuales tienen un impacto directo sobre la sinusitis, ya que suele ser una complicación frecuente de los resfriados. La sinusitis es un proceso inflamatorio e infeccioso de los senos paranasales (cavidades aéreas que se ubican en los huesos frontales, esfenoides, etmoides y maxilares superiores).
La frecuencia de esta enfermedad varía según los pacientes. Generalmente, las personas más afectadas son las que sufren infecciones respiratorias virales recurrentes. Asimismo, la automedicación (principalmente el uso indiscriminado de antigripales) predispone a padecer sinusitis. Toma en cuenta que es una afección que no suele desarrollarse con frecuencia en los niños.
En la mayoría de los pacientes, la infección sinusal cursa signos y síntomas persistentes del resfriado como nariz tapada, flemas espesas, dolor dental y fiebre. También suele acarrear dolencias al inclinar la cabeza hacia abajo, mal aliento (halitosis), presiones faciales dolorosas, cefaleas e hinchazón alrededor de los ojos. El médico debe diferenciar la sinusitis de las alergias, las cuales presentan un cuadro clínico similar. Sin embargo, las reacciones alérgicas provocan flemas acuosas, escozor y estornudos, particularmente en primavera e invierno. Por eso, debes acudir a un centro médico y evitar automedicarte, ya que el doctor realiza un diagnóstico correcto, el cual es la base para recibir un tratamiento adecuado a la enfermedad que padeces. De hecho, el diagnóstico se realiza según la historia clínica del paciente y la auscultación de los síntomas. Asimismo, se puede efectuar una rinoscopia anterior (método en el cual se exploran las cavidades nasales) y una transiluminación de los senos paranasales (técnica que se realiza en un cuarto oscuro, en la cual el doctor utiliza una luz para evaluar la presencia de líquidos en los senos frontales).
Para mitigar los síntomas, el médico prescribe humidificadores, soluciones nasales y nebulizaciones (hospitalarias o domiciliarias con manzanilla). Asimismo, es necesario beber abundantes líquidos y aplicar paños húmedos calientes sobre el rostro varias veces por día para diluir el moco. Por otro lado, la persona afectada debe evitar exponerse a temperaturas extremas e inclinar la cabeza hacia abajo, ya que estas acciones incrementan los dolores. Además, se recomienda que los pacientes fumadores paren de fumar, ya que el tabaquismo irrita los senos paranasales. El médico puede también recetar analgésicos para disminuir las dolencias. El uso de antibióticos es aconsejado solamente en casos de sinusitis bacteriana (durante 10 a 14 días para la sinusitis aguda y 4 semanas cuando estamos en presencia de un cuadro clínico crónico), ya que la etiología viral no requiere tratamiento a base de medicamentos antibióticos. Finalmente, la gente que sufre crisis recurrentes puede requerir cirugía para drenar los senos paranasales, la cual debe ser realizada por un médico especialista (otorrinolaringólogo). La intervención quirúrgica permite también limitar la aparición de complicaciones (abscesos o meningitis, por ejemplo).
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