lunes, 27 de junio de 2016
Psoriásis: no tiene cura pero se controla
EN BASE A UNA ATENCIÓN INTEGRAL DEL PACIENTE | ES UNA ENFERMEDAD CONTROLABLE.
La psoriásis ha sido reconocida por la OMS como una enfermedad grave no contagiosa. Se calcula que afecta a más del 2 por ciento de la población mundial, es decir que alrededor de 80 millones de personas la padecen. Lamentablemente esta afección, que es poco conocida, tiene consecuencias que van mucho más allá de las alteraciones en la salud física del paciente, pero se la puede controlable.
“La psoriásis es una patología dermatológica, aún no resuelta a pesar de los progresos de la ingeniería genética e inmunológica, caracterizada por la presencia en la piel de placas gruesas, enrojecidas, con escamas blanquecinas, con exacerbaciones y remisiones. Es una enfermedad que generalmente va asociada a otras patologías como la obesidad, hipertensión arterial sistémica, diabetes y alteración de los lípidos, por ello es que cobra importancia en su tratamiento y control permanente para evitar complicaciones”, dice la Dra. Verónica Fabiola Soria U., Médico dermatólogo egresada del Centro Dermatológico Dr. Ladislao de la Pascua. UNAM – México.
La psoriásis no es hereditaria, sin embargo existe una predisposición genética, de manera que si ambos padres padecen la enfermedad, su descendencia tiene un 41 por ciento de posibilidad de tener psoriasis, el riesgo disminuye al 14 por ciento si está enfermo un sólo padre.
“La frecuencia es similar entre ambos sexos de acuerdo a la literatura, sin embargo, según nuestra experiencia, es más frecuente en hombres que en mujeres”, asegura la especialista.
CAUSAS Y FACTORES DESENCADENANTES
“La psoriásis se presenta en individuos con predisposición genética, es multifactorial y de tipo inmunológico, en la que intervienen predominantemente los linfocitos T, un tipo de células encargadas de la defensa de nuestro organismo, que se activan indebidamente ocasionando otras respuestas inmunitarias, cuyo resultado es la presencia de placas engrosadas y escamosas en la piel”, explica Soria.
Los factores desencadenantes son cualquier tipo de traumatismo, estrés, infecciones o la toma de determinados medicamentos (antiinflamatorios no esteroideos, litio, betabloqueadores, antimalaricos, etc.)
SÍNTOMAS
En la mayoría de los casos los pacientes presentan placas gruesas, enrojecidas y con escama blanquecina, principalmente en codos, rodillas, región sacra, glúteos y piel cabelluda, que comprometen la estética de la piel, ocasionando un gran impacto en la calidad de vida de quienes padecen la enfermedad, ya que se asocia a una baja autoestima que conduce en muchos casos a la depresión.
“Las lesiones son generalmente asintomáticas aunque algunos pacientes pueden referir comezón o dolor. Otras formas clínicas menos comunes se manifiestan con placas pequeñas (psoriasis en gotas), con pústulas (psoriasis pustular), en pliegues (psoriasis invertida), o afectan toda la piel (psoriasis eritrodermica). En un 25 por ciento de los pacientes existe afección articular. Por otra parte, la psoriasis también se puede manifestar con alteraciones en las uñas o en la lengua”, explica la dermatóloga.
El diagnóstico lo realiza el médico dermatólogo en base a un examen minucioso y exhaustivo de las lesiones cutáneas (raspado metódico de Brocq), sin embargo el diagnostico definitivo se realiza al examinar una pequeña muestra de la piel en el microscopio (biopsia).
TRATAMIENTOS
“Las opciones de tratamiento son múltiples, tanto las de uso tópico como las sistémicas; sin embargo el tratamiento debe ser individualizado, tomando en cuenta la severidad y extensión de las lesiones, como también la propia percepción de la enfermedad por parte del paciente”, explica la especialista.
El tratamiento tópico es el que se usa directamente en la piel, por ejemplo cremas o pomadas, y tienen diversas funciones sobre la actividad del sistema inmunitario disminuyendo la inflamación y el reemplazo celular cutáneo, también reducen el grosor de las lesiones y ayudan a suavizar la piel a través de la descamación.
“La fototerapia se usa para disminuir la respuesta inmunitaria por parte del las células T y consiste en el uso de la luz ultravioleta (banda ancha o angosta) emitidos en una cámara especial y bajo el control de un dermatólogo. Este tipo de tratamiento puede ser aplicado sólo o combinado con un medicamento que sensibiliza la piel a la luz (PUVA) y por último el láser Eximer indicado en lesiones crónicas que no responden al tratamiento”, dice la dermatóloga.
Cuando la psoriasis es severa se aplican tratamientos sistémicos o combinados cuyo objetivo es bajar la dosis de cada uno de los medicamentos dando mejores resultados.
La psoriásis no tiene una cura, sin embargo es controlable en base a una atención integral del paciente.
“En cuanto a la prevención de esta enfermedad, no hay mucho que hacer al respecto pero si es indispensable evitar los factores desencadenantes”, asegura.
RECOMENDACIONES
La especialista asegura que es importante recordar a los pacientes que su padecimiento no es cáncer, no es contagioso y es controlable siguiendo un tratamiento adecuado e individualizado con un profesional especialista, en este caso un dermatólogo.
“Los cuidados en este tipo de piel comienzan desde los hábitos diarios de aseo y lubricación de la piel, así como la aplicación responsable del tratamiento prescrito por su dermatólogo. No tenemos que olvidar que la psoriásis es una enfermedad sistémica, asociada muchas veces con obesidad, hipertensión arterial sistémica, diabetes o dislipidemia, de manera que además del tratamiento integral, el paciente tiene que saber la importancia de un control idóneo para una adecuada y satisfactoria evolución de la enfermedad”, concluye la especialista.
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