La cardiopatía más común en niños es conocida como comunicación interventricular. En Cochabamba el 60 por ciento de los niños con problemas del corazón presenta esta patología, informó el cirujano cardiovascular Carlos Brockmann.
Un agujero entre el ventrículo izquierdo y el derecho es el que se presenta y genera la enfermedad que inicia en el proceso de gestación.
El corazón tiene cuatro cavidades de las cuales dos son aurículas y dos ventrículos. La aurícula derecha se comunica con el ventrículo derecho y lo mismo que sucede con la aurícula izquierda. Entre los ventrículos no hay comunicación y tampoco entre las aurículas, excepto en la etapa fetal, explicó el especialista.
El problema se origina en el momento de la división de las células. Entre el día 28 y 55 de la concepción, es donde ocurren todas las diferenciaciones en la formación del corazón explicó el cirujano, que mencionó que el agujero no se cierra por si solo.
Las causas de esta enfermedad no son conocidas, pero el defecto se presenta con frecuencia junto con otras anomalías cardíacas congénitas, una de ellas que también es común es el soplo.
Esta afección se presenta siempre al nacer, excepto para el caso de ataque cardíaco causado por comunicación interventricular.
El consumo de alcohol y el uso de los medicamentos anticonvulsivos Depakote y Dilantin durante el embarazo pueden aumentar el riesgo de comunicaciones interventriculares. Aparte de evitar estas sustancias durante el embarazo, no se conoce otra forma de prevenir una comunicación interventricular, señala la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Brockmann mencionó que alrededor del 2 por ciento de los niños detectados con la afección va a necesitar a lo largo de su vida al menos una operación. Por lo normal, esta se realizará hasta los cuatro años.
Si el agujero es grande la cirugía se debe realizar lo más antes posible.
“Dependidendo el tamaño si la comunicación entre los ventrículos es pequeña, de tres o cuatro milímetros, a medida que va creciendo el niño esta se puede cerrar sola, pero si son mas grandes que esto no se cierra”, comentó el cirujano.
Mencionó que son pocas las complicaciones de este tipo de operaciones.
Los niños que tienen las condiciones para poder realizar la intervención terminan venciendo a la afección.
Sin embargo, cuando se detecta es necesario hacer un estricto seguimiento del menor para controlar que el orificio se vaya cerrando y no se presente ningún signo de insuficiencia cardíaca.
Antes del cierre, mediante la operación, una de las opciones que el médico también puede tomar en cuenta es la de un tratamiento con fármacos.
Especialista
Es importante que cuando los padres identifiquen los síntomas de la comunicación interventricular acudan a un cardiólogo pediatra para recibir el diagnóstico adecuado de la enfermedad.
Es el especialista quien solicitará luego a los padres los exámenes necesarios para confirmar la cardiopatía en el niño.
Exámenes
Por los síntomas de cansancio del niño el problema por lo general se detecta en una consulta a un médico general. Sin embargo, para confirmar la afección es necesraio hacer un electrocardiograma, una radiografía de tórax para observar si hay líquido en los pulmones y hasta se puede solicitar una resonancia magnética del corazón.
Cansancio y problemas al respirar son signos
Las madres pueden identificar a los niños que tienen esta patología porque se manifiestan varios signos, todos ellos relacionados con insuficiencia cardíaca.
Entre ellos está la dificultad para respirar y, por ende, cuando estos se cansan muy rápido al momento de lactar.
Cuando están tomando la leche materna o consumiendo algún alimento, en el caso de los niños mayores de un año, se puede presentar una sudoración que también es por el cansancio.
Los recién nacidos también presentan palidez y sufren de problemas respiratorios más frecuentes que un niño normal.
“Si un recién nacido se enferma dos veces al año con alguna infección respiratoria, los niños con comunicación interventricular pueden llegar a tener resfrios y otras complicaciones de este tipo hasta cinco veces por año”, mencionó el cirujano cardiovascular Carlos Brockmann.
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