Las cifras son elocuentes: cada vez hay más problemas de fertilidad. Tanto es así, que una de cada cuatro parejas tiene dificultades para concebir y una de cada cinco mujeres necesitará el óvulo de otra para tener un hijo. En el mundo, miles de jóvenes donan sus ovocitos, ya sea por dinero o por solidaridad. Una práctica que permite el nacimiento de cientos de niños cada año.
Por eso, afirma Marisa López-Teijón, especialista en reproducción asistida del Instituto Marqués de Barcelona, "donar óvulos es un servicio a la sociedad". Y por eso, añade, "las chicas suelen estar muy comprometidas socialmente. Estudian Medicina, Enfermería o Farmacia y son también donantes de sangre y órganos".
Así lo reveló un estudio realizado hace dos años por el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) de Sevilla. La media es de 25 años, solteras y con estudios medios o altos y, en general, de Salud. Marisol N, que tiene ahora 24 años, donó en dos ocasiones cuando contaba con 20 y 21 años, empujada por el deseo de ayudar a la gente.
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