Es una anomalía craneofacial hereditaria, caracterizada por cierre prematuro de las suturas del cráneo (craneosinostosis), aspecto largo y puntiagudo de la cabeza (acrocefalia), sindactilia (fusión de dedos en manos y pies) y retrusión de tercio medio facial. Puede generar presión intracraneal, problemas respiratorios, oculares o de audición, etc.
Funcionalmente puede aparecer mayor, menor o ausencia de retraso mental y alteraciones neuropsicológicas (atención, lenguaje, función ejecutiva…).
Es importante tener el diagnóstico médico.
A lo largo del proceso de evaluación e intervención, como procesos continuos y circulares, hay que tener en cuenta las ausencias escolares de los afectados o afectadas por motivos médicos (ingresos, operaciones, etc.).
La evaluación psicopedagógica debe cubrir los siguientes aspectos: interacción del alumno o alumna con el medio escolar, familiar y social, aspectos emocionales, conductuales, neuropsicológicos y pedagógicos. Todo desde una perspectiva cualitativa y cuantitativa a través de pruebas estandarizadas y/o observación, entrevista a la familia, etc.
Si se valora la necesidad de una intervención terapéutica extraescolar realizar la derivación correspondiente: neuropsicólogo, neuropediatra, logopeda, etc.
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