Es un trastorno neurológico conductual crónico, de etiología genética, caracterizado por la emisión de múltiples tics o actos repetitivos involuntarios.
La enfermedad existe desde el nacimiento, pero se suele manifestar a partir de los 6 ó 7 años de edad, teniendo su punto álgido en la adolescencia.
En el Síndrome de Gilles de la Tourette hay tics motores (parpadeo frecuente, guiños faciales, saltos, tocar, etc.), y tics vocales o fónicos (carraspeo de garganta, emisión de sonidos o palabras).
En algunas ocasiones pueden aparecer tics abigarrados como la coprolalia, ecolalia, copropraxia
y ecopraxia.
Los alumnos o alumnas se identifican por la presencia de tics múltiples (motóricos y fónicos)
que irrumpen de manera incontrolable e impredecible.
La identificación del alumnado afectado puede hacerse observando los síntomas, especialmente
los tics múltiples y si lo hay, el déficit de atención se acompaña generalmente con dificultades
de comunicación y sociabilidad.
Los trastornos de la función ejecutiva propios del Síndrome de Gilles de la Tourette se relacionan
con dificultades para el autocontrol, la inhibición, selección y mantenimiento de conductas
de planificación y ejecución y la flexibilidad cognitiva para la resolución de problemas.
La enfermedad existe desde el nacimiento, pero se suele manifestar a partir de los 6 ó 7 años de edad, teniendo su punto álgido en la adolescencia.
En el Síndrome de Gilles de la Tourette hay tics motores (parpadeo frecuente, guiños faciales, saltos, tocar, etc.), y tics vocales o fónicos (carraspeo de garganta, emisión de sonidos o palabras).
En algunas ocasiones pueden aparecer tics abigarrados como la coprolalia, ecolalia, copropraxia
y ecopraxia.
Los alumnos o alumnas se identifican por la presencia de tics múltiples (motóricos y fónicos)
que irrumpen de manera incontrolable e impredecible.
La identificación del alumnado afectado puede hacerse observando los síntomas, especialmente
los tics múltiples y si lo hay, el déficit de atención se acompaña generalmente con dificultades
de comunicación y sociabilidad.
Los trastornos de la función ejecutiva propios del Síndrome de Gilles de la Tourette se relacionan
con dificultades para el autocontrol, la inhibición, selección y mantenimiento de conductas
de planificación y ejecución y la flexibilidad cognitiva para la resolución de problemas.
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