Hay personas que tienen miedo de donar un riñón porque creen que van cambiar su vida, pero eso no es verdad", indicó Mauricio Padilla, director del Centro de Nefrología y Diálisis en Santa Cruz. Por eso, El Sol te da a conocer el estilo de vida que debe tener un donante de este órgano, que este mes tiene su día de celebración para levantar conciencia sobre los cuidados y prevención de enfermedades.
Al donarlo. El nefrólogo explicó que el donador de riñón “puede vivir perfectamente, porque ese órgano que quedó cumple todas las funciones normales. Para sustituir la parte faltante del que fue donado, éste aumenta su tamaño”.
Situación. Un donante automáticamente se vuelve un paciente renal crónico pero en una estadía conservadora, lo que significa que debe consultar al nefrólogo por lo menos una vez al año para que controle los principales factores de riesgo, que son triglicéridos (colesterol), presión arterial (hipertensión), control de glicemia y actualmente la obesidad, que en muchos casos es causada por el sedentarismo.
Por su parte, la nefróloga Yoselín Salinas señaló que esa consulta con el especialista es un "control médico rutinario como cualquier paciente sano".
Para una vida sana. El donante debe tener una vida lo más sana posible y para ello, con el paso del tiempo, "tiene que regularizar la alimentación evitando consumir en exceso proteínas animales que son la carne de res, pescado, cerdo o cualquier tipo de carne, además de los derivados de la leche y el huevo", sostuvo Salinas.
Sin privación. El donante puede hacer ejercicio como una persona sana que tiene dos riñones, si es mujer puede tener hijos normalmente, “claro que en el post operatorio inmediato no podrá, porque el médico fractura las costillas para sacar el riñón donante, pero en seis meses esa persona puede hacer sus ejercicios como una persona normal y la mujer podrá embarazarse las veces que quiera”, aclaró Mauricio Padilla.
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