Los miomas se desarrollan en muchas personas de sexo femenino. Deben ser vigilados porque pueden provocar dolores, incrementar la hemorragia durante la menstruación y complicar el embarazo o el parto.
8 aclaraciones sobre este mal
Los miomas son tumores benignos frecuentes en las mujeres. Sin embargo, suelen ser poco conocidos por la población femenina. Te proveemos explicaciones e indicaciones acerca de esta afección para que tomes las precauciones necesarias.
Prevalencia
El mioma uterino es el tumor benigno más frecuente en las mujeres que están en la edad de procrear. Se estima que afecta aproximadamente al 40 por ciento de la población femenina adulta mundial. Toma en cuenta que la incidencia es mayor en las personas cuyo color de piel es oscuro. También aumenta con la edad. Sin embargo, no se puede tener una estadística exacta, debido a que la miomatosis suele ser asintomática en muchos casos, es decir que no provoca ninguna molestia, lo que complica su detección.
Causas
No se conocen los factores causantes de la miomatosis con exactitud. Sin embargo, los miomas son acarreados por un conjunto de agentes genéticos, hormonales y ambientales. Esto significa que si una mujer tiene antecedentes de este padecimiento en su familia, la probabilidad que esté afectada es mayor. Asimismo, las hormonas femeninas (estrógenos) tienen un impacto sobre los fibromas, ya que estimulan su crecimiento.
Evolución
La evolución natural de la mayoría de los miomas uterinos es el aumento de su volumen. El hecho de estar embarazada, tomar contraceptivos orales o seguir una hormonoterapia incrementa la presencia de estrógenos en el organismo y favorece el crecimiento de los fibromas. Eso también ocurre durante la menopausia, ya que la tasa de hormonas femeninas es más alta. Para evitar las complicaciones, es necesario realizarse un examen clínico anual con tu ginecólogo y detectar la eventual presencia de miomas para iniciar un tratamiento adaptado a tu situación.
COMPLICACIONES
Aunque la mayoría de los miomas no ponen en riesgo la vida de las personas afectadas, algunas complicaciones pueden aparecer como las hemorragias, las cuales acarrean anemia. Asimismo, es posible observar una disminución de la fertilidad cuando el tamaño del fibroma es importante y bloquea las trompas de Falopio o impide la anidación del embrión. Por otro lado, las mujeres embarazadas que sufren de miomatosis están más propicias a tener un aborto natural o dar a luz de manera prematura. Finalmente, cuando el mioma es voluminoso, puede comprimir algunos órganos como la vejiga, el recto y la uretra.
SÍNTOMAS
En la mayoría de los casos, la miomatosis es asintomática. Se estima que solamente el 30 por ciento de las personas afectadas presenta síntomas entre los cuales encontramos sangrados menstruales abundantes y prolongados, secreciones vaginales, dolores en el vientre o espalda, aumento del deseo de orinar y molestias durante las relaciones sexuales. Asimismo, es posible observar una distorsión o hinchazón en el vientre, infertilidad, abortos naturales, estreñimiento y complicaciones durante el parto (cesárea cuando el fibroma bloquea la vía natural de salida del bebé, por ejemplo).
FACTORES DE RIESGO
Es primordial destacar que todas las mujeres que están en edad de procrear tienen riesgos de desarrollar un mioma uterino. Las probabilidades incrementan en las personas que están con sobrepeso e ingieren más de 2 vasos de alcohol por día (principalmente cuando consumen cerveza). Asimismo, las mujeres que no han tenido hijos presentan mayores posibilidades de sufrir miomatosis.
PREVENCIÓN
A pesar de que las causas exactas de la miomatosis siguen desconocidas, se observa una menor incidencia en las mujeres físicamente activas, ya que tienen menos grasa corporal, la cual favorece el crecimiento de los miomas porque produce estrógenos. Por lo tanto, debes efectuar actividades deportivas a diario. Generalmente, se recomienda practicar un deporte cotidiano durante 30 minutos como mínimo. También debes tener una alimentación equilibrada y variada para mantener un peso saludable.
ALIMENTACIÓN
Varios médicos piensan que la dieta alimenticia puede tener un impacto sobre el desarrollo de miomas, ya que los alimentos influyen sobre la cantidad de estrógenos que circulan en el cuerpo. De esta manera, las mujeres que tienen fibromas deben evitar consumir carnes y productos lácteos enteros que no son exentos de hormonas. Asimismo, se sugiere que adopten una alimentación pobre en grasas. Por otro lado, las leguminosas (porotos, arvejas, lentejas, garbanzos, entre otras) reducen la tasa de estrógenos en el organismo. De esta manera, debes añadirlas a tus comidas cotidianas para frenar la aparición de miomas. Finalmente, es primordial privilegiar los víveres que provienen de la agricultura biológica, ya que contienen menos productos químicos y así, evitas ingerir hormonas sintéticas.
Para leer en profundidad
La acción de las plantas medicinales
Es complicado disminuir el tamaño de un mioma. Sin embargo, las plantas medicinales son muy eficaces para reducir los síntomas, controlar los sangrados y aliviar el dolor.
En primer lugar, es posible ayudar al hígado a eliminar las hormonas y restablecer un equilibrio hormonal para frenar el crecimiento de los fibromas. De esta manera, no dudes en consumir cúrcuma y raíces de diente de
león. Además, estas plantas regulan el tránsito intestinal. Si sufres de estreñimiento crónico causado por la miomatosis, también puedes beber agua con linaza. No olvides que es necesario poder eliminar las toxinas por vía natural.
Por otro lado, existe una serie de opciones naturales que permiten proveer tonicidad al útero y reducir las manifestaciones clínicas de los miomas. Es el caso de las hojas del frambueso, las cuales deben ser consumidas en infusiones para poder controlar el tamaño de los fibromas. También poseen propiedades tonificantes que
actúan sobre el útero. Asimismo, la rama de la canela tiene una acción astringente, la cual es excelente para detener los sangrados uterinos. Además, estimula la circulación sanguínea en la pelvis, lo que precave la congestión. Finalmente, la milenrama elimina los excesos de estrógenos, aminora las pérdidas de sangre y calma los dolores causados por la menstruación.
TRATAMIENTO MÉDICO E INTERVENCIONES quirúrgicas para los fibromas
Alfredo Villarroel Goitia
Ginecólogo - Obstetra
Los miomas son tumores benignos de músculo liso del útero que ocasionalmente se malignizan. Su tamaño es variable, desde milímetros hasta grandes diámetros que ocupan toda la cavidad abdominal. Son dependientes hormonales de estrógenos y progesterona y tienden a reducirse después de la menopausia.
El rango de aparición puede ir de los 20 a los 70 años con aumento de la incidencia entre los 35 a 45 años. El porcentaje de miomatosis en Bolivia varía del 11 al 18 por ciento en mujeres de 30 a 40 años de edad e incrementa hasta el 33 por ciento en personas de 40 a 60 años.
Los miomas se clasifican de acuerdo a su ubicación:
-Subserosos: se desarrollan en la capa más externa del útero.
-Intramurales: situados en el espesor de la pared muscular.
-Submucosos: éstos se encuentran en el endometrio dentro de la cavidad uterina.
Entre los métodos de diagnóstico, está primero el examen clínico con la sintomatología típica y el tacto bimanual que tiene una alta especificidad para miomas que son mayores a 5 centímetros. En cuanto al ultrasonido abdominal (también llamado ecografía ginecológica) es recomendado para las pacientes jóvenes que no tienen antecedentes de relaciones sexuales. Por otro lado, la ecografía transvaginal tiene una sensibilidad de 85 por ciento, lo que permite detectar miomas desde los más pequeños hasta los de diámetros muy grandes, siendo de mucha utilidad para el diagnóstico diferencial con masas anexiales o quistes de ovario. También se puede efectuar una histeroscopia diagnóstica, la cual es un método auxiliar que nos posibilita revelar la presencia de miomas submucosos en el interior de la cavidad uterina y contribuye a diferenciarlos de los pólipos endometriales, además de valorar las hiperplasias del endometrio.
El tratamiento médico es aconsejado en las pacientes perimenopáusicas con un fármaco llamado medroxiprogesterona que ayuda a frenar la hemorragia. También se administran antiinflamatorios, los cuales inhiben el dolor y disminuyen los sangrados.
En cuanto a los tratamientos quirúrgicos, se efectúa una miomectomía cuando se requiere conservar el útero o que la paciente tiene deseos de embarazo. Este acto consiste en retirar únicamente el mioma mediano o grande mediante una laparotomía, es decir, una cirugía abierta. En miomas pequeños subserosos o pediculados, se puede optar por la vía laparoscópica. Por otro lado, la histeroscopia quirúrgica se realiza con los miomas submucosos que se encuentran en el interior de la cavidad uterina. Esta intervención es indicada en función al tamaño y profundidad de los fibromas. Finalmente, la histerectomía es un tratamiento definitivo, ya que consiste en el retiro del útero. Generalmente, se efectúa en pacientes con paridad satisfecha o en las que tienen una sintomatología acentuada (hemorragias anemizantes o masas de gran tamaño que dan síntomas compresivos a otros órganos).
La recomendación principal para evitar las complicaciones relacionadas con la miomatosis es un control ginecológico anual de rutina, particularmente en las pacientes asintomáticas o que tienen antecedentes de infertilidad, abortos repetitivos y sangrados. Toma en cuenta que es necesario visitar a tu médico de forma regular y no solo cuando se produce una emergencia.
Contactos: 4505017- 77497959
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