La diabetes es una enfermedad metabólica que se traduce por la elevación de azúcar en la sangre cuyos síntomas y alteraciones son conocidas desde la antigüedad.
Aunque las complicaciones más frecuentes son metabólicas, renales y vasculares, existe también disfunción de los nervios periféricos, es decir, la neuropatía diabética, que es muy frecuente como motivo de consulta y que si examinamos cuidadosamente al paciente podremos encontrar alteraciones de la sensibilidad, reflejos y la fuerza muscular.
Síntomas. Pueden variar desde adormecimientos progresivos que comienzan en los pies y luego en los dedos de la mano, para luego aparecer dolores quemantes que pueden tornarse persistentes y agravarse por la noche, constituyendo un síndrome de pies ardorosos y quemantes que incomodan al paciente hasta obligarlo a no soportar las sábanas e intentar mitigar su ardor colocando los pies en agua fría. La afectación diabética puede facilitar la aparición de neuropatías focales compresivas en nervios, sobre todo del nervio mediano a nivel del túnel carpiano, siendo más frecuente en el sexo femenino causando hormigueo y dolores, con empeoramiento por las noches e inclusive interrumpiendo el sueño.
Diagnóstico. Un aspecto significativo en estos pacientes es el examen médico cuidadoso de la sensibilidad del paciente. El examen clínico sirve para presumir la neuropatía, pero la confirmación y el seguimiento evolutivo se debe hacer con la electroneuromiografía, que nos mide las latencias y velocidades de conducción de los nervios periféricos.
Tratamiento. Debe ser orientado a la prevención de la neuropatía, y una vez aparecida esta, a compensar las deficiencias sensitivo-motrices con el tratamiento fisioterápico, así como a tratar el dolor neuropático con medicación neuromoduladora como la gabapentina, pregabalina, tricíclicos y opioides que pueden aliviar de manera eficiente el dolor del paciente diabético.
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