Científicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) de España desarrollaron una nueva técnica de resonancia magnética más eficaz para detectar el daño sufrido por el corazón tras un infarto y de forma más rápida.
El director del CNIC, Valentin Fuster, presentó esta tecnología en el Congreso Anual del Colegio Americano de Cardiología de tres jornadas, que concluyó ayer en San Diego (California, EEUU), donde fue distinguido como el estudio español mejor valorado.
Nueva técnica
El nuevo procedimiento, consistente en cambiar el código de programación de la resonancia, permitiría extender a la práctica clínica unos estudios hasta ahora relegados a la investigación, por la tradicional dificultad en la implementación logística e interpretación de sus resultados.
Aumento de edema
La técnica permite localizar de forma más rápida el aumento del contenido de agua (edema) en el músculo cardíaco, algo que hasta ahora se podía hacer, pero requería de mucho tiempo para la realización del estudio y posterior interpretación de los resultados.
El sistema, denominado Fast T2-GRASE, se validó en un estudio realizado en modelo preclínico.
En el análisis del corazón mediante resonancia magnética se incluyen técnicas de imagen que intentan detectar un aumento del contenido de agua en el músculo cardíaco, consecuencia, por ejemplo, de un infarto o una infección.
Sin embargo, hasta ahora estos métodos “carecían de la precisión adecuada y poseían una gran carga subjetiva en su interpretación”, según Rodrigo Fernández-Jiménez, uno de los responsables del trabajo.
Continuo movimiento
La resonancia magnética es una técnica muy útil porque aporta una gran cantidad de valiosa información sin utilizar radiación como hacen otras técnicas de imagen aplicadas a pacientes.
Fuster, también implicado en este trabajo, señaló, sin embargo, que una de las grandes dificultades que presenta el estudio con resonancia magnética del corazón respecto a otros órganos es que éste está en continuo movimiento, “lo cual hace necesario la implementación de algoritmos especiales para la correcta visualización del mismo”.
“El desarrollo del nuevo sistema fue posible gracias a un equipo multidisciplinar que incluyó cardiólogos, veterinarios, biólogos y físicos”, indicó Borja Ibáñez, director del grupo investigador.
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