El reflujo gastroesofágico consiste en una enfermedad que provoca quemaduras, las cuales aparecen cuando el ácido contenido en el estómago sube al esófago, lo que causa dolores insoportables en el pecho y garganta. Existen dos tipos de reflujos. El intermitente, el cual no acarrea complicaciones y el duradero que puede combinarse con manifestaciones pulmonares y otorrinolaringológicas.
Puedes disminuir el reflujo, adoptando una alimentación rica en fibras para prevenir el estreñimiento y flatulencias, los cuales acarrean presiones en el abdomen. Asimismo, es necesario beber abundante agua.
Por otro lado, el consumo de materias grasas se asocia a un riesgo más elevado de padecer reflujo, ya que las mismas atacan el esfínter del esófago y digerirlas lleva mayor tiempo.
PREVENCIÓN IRRITACIÓN DEL ESÓFAGO
PROTEGE TUS MUCOSAS
Es importante prestar atención en los alimentos que exacerban los síntomas del reflujo, debido a que irritan las mucosas del esófago. Para limitar esta irritación, debes disminuir considerablemente el consumo de estos víveres, lo que reducirá las quemaduras. Entre éstos, encontramos el café regular y descafeinado, té, gaseosas, bebidas alcohólicas, tomates, condimentos, frutas cítricas y productos mentolados. Puedes reemplazarlos por mates, zumos de frutas naturales y remolacha. Asimismo, debes privilegiar las fuentes de proteínas bajas en grasa como el pollo, pescado, mariscos, soja, tofu, entre otras.
Reglas esenciales
Comportamiento alimentario
medidas sencillas Existen algunas maneras simples que permiten disminuir la frecuencia de las manifestaciones del reflujo gastroesofágico, las cuales son quemaduras desde la región epigástrica hasta el esternón, regurgitaciones ácidas en la boca sin sensación de naúseas, hipo y eructos. En primer lugar, es importante cuidar la línea, ya que el sobrepeso suele agravar los síntomas. También se recomienda evacuar el estrés realizando una actividad relajante como el yoga. Además, es necesario practicar algún deporte para evitar el desarrollo del reflujo. Asimismo, debes adoptar un comportamiento alimenticio específico.
Masticación
Debes ingerir los alimentos lentamente para evitar deglutir aire. De hecho, cuando el estómago se llena de aire, suele provocar flatulencias y presión
en el esternón. Asimismo, se evacúa
el mismo a través de eructos, lo que hace que suba la acidez al esófago y produzca una sensación de quemadura. Si comes y bebes con una relativa calma, puedes reducir la cantidad de aire ingerido.
Cantidad
Comer en exceso obliga al estómago
a producir grandes cantidades de
ácido gástrico para poder digerir los
alimentos. De esta manera, estos ácidos pueden subir en el esófago y
dañarlo. Come más lento para llegar rápidamente a la sensación de saciedad. Asimismo, opta por comer varias veces por día en pequeñas porciones (desayuno, almuerzo, merienda y cena) en vez de ingerir comidas copiosas.
Posturas
Luego de haber comido, evita acostarte en la cama. Siéntate durante una media hora en un sillón o realiza una caminata digestiva. Se recomienda dormir en posición un poco inclinada. Una buena opción es utilizar dos o tres almohadas. Por otro lado, puedes reducir los síntomas del reflujo perdiendo peso, ya que esto disminuye la presión ejercida en el abdomen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario