En busca de mayor capacitación de su personal bioquímico, el Programa de Fármacos, Alimentos y Cosméticos (Profac), de la Universidad Mayor de San Simón contactó al profesor Edemilson Cardoso, especialista en investigación y desarrollo de bioproductos, con énfasis en fitoterapias, fitomedicamentos y nutrición animal, de la Universidad Federal de Goias, Brasil, Cardoso llegó por primera vez a Cochabamba para dar un curso en el Profac.
Aprovechando su visita, la revista Así logró una entrevista con este investigador, puesto que es el pionero de una investigación científica que busca validar el uso de una planta medicinal originaria del Brasil para el tratamiento del vitiligo.
LA ENFERMEDAD
“A nivel mundial el problema del vitíligo afecta al 1 por ciento de la población”, asegura Cardoso, y eso es una preocupación a nivel científico porque no existe una cura.
Ahora esté médico con su equipo está desarrollando un fármaco que podría ser la cura para este mal.
“Es una enfermedad que no es transmisible ni peligrosa; su impacto es estético, pero a las personas con vitiligo les afectada mucho en su autoestima”, explica el experto.
El vitiligo es una enfermedad de la piel que causa manchas blancas en distintas partes del cuerpo. Ésta aparece cuando se destruyen los melanocitos, que son las células que producen el color o pigmento de la piel. También puede afectar los ojos y las membranas mucosas (tales como el tejido dentro de la nariz y la boca).
Cardoso sostiene que no se sabe cuál es la causa del vitiligo, pero que podría ser una enfermedad auto inmunitaria.
MAMA CADELA
“En Brasil nos estamos dedicando al desarrollo de un producto para el tratamiento de esta enfermedad, en base a una planta autóctona llamada Mama-cadela (Brosimum gaudichaudii); dependiendo del grado de la enfermedad se recupera la piel”, afirma el científico.
Cardoso asegura que el laboratorio de su universidad ya lleva cinco años en la investigación; pero que los nativos de esta región usan esta planta hace muchos años en la medicina natural.
“Ahora se trabaja de forma sistemática y científica para desarrollar y mejorar el compuesto”, asegura Cardoso.
En estos años de investigación el científico aún está validando la composición de este producto; puesto que se tiene que ver los efectos secundarios, es decir si causa algún problema en el organismo.
“Una vez que se estabilice la composición de la crema, se pasará a la unidad de innovación de mi facultad y luego a la empresa farmacéutica”, añade.
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