El mal de chagas, una enfermedad tropical producida por la picadura de un insecto tranmisor del parásito Trypanosoma cruzi, afecta a ocho millones de personas en el mundo. Hasta 100 millones están en riesgo directo de contagio en Latinoamérica, lo que convierte a este mal en la causa número uno de enfermedades cardíacas infecciosas en el continente.
La iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi, por sus siglas en inglés) acaba de lanzar un nuevo estudio farmacológico en fase II –ya con pacientes– con fexinidazol, un compuesto que no se utilizaba desde hace más de 30 años y que ha sido recuperado por DNDi para la enfermedad de chagas.
Durante el estudio se administraron seis dosis diarias de fexinidazol como única terapia en 140 pacientes bolivianos en la etapa crónica de la enfermedad. Este ensayo ha tenido como objetivo determinar si al menos una de las dosis es más segura y eficaz que el placebo en la eliminación del parásito que provoca la infección.
Solo dos tratamientos
"Hemos obtenido grandes beneficios del proyecto, ya que nos ha proporcionado los conocimientos técnicos que necesitábamos para establecer e impulsar este importante ensayo clínico", ha señalado Isabela Ribeiro, directora del programa contra el chagas de DNDi en la presentación del estudio en el 13º Congreso Internacional de Parasitología (ICOPA, por sus siglas en inglés) que se desarrolló a mediados de agosto en la Ciudad de México. Según Ribeiro, "estos esfuerzos de colaboración nos acercan a un nuevo nivel que beneficiará a los pacientes con enfermedad de chagas".
Actualmente solo existen dos tratamientos, ambos con fuertes efectos secundarios: el nifurtimox y el benznidazol. El último de ellos sigue siendo la mejor opción disponible en la actualidad. Solamente el 1% de los afectados tiene acceso a estos fármacos, "lo cual resalta la urgencia de expandir su alcance y de acelerar el desarrollo de medicamentos nuevos", según señalan desde DNDi.
Con anterioridad a este estudio, los científicos han ensayado con compuestos como el E1224 y el posaconazol, que aunque no fueron tan efectivos, brindaron datos sólidos de la eficacia del benznidazol.
El reto es ampliar el tratamiento de pacientes con benznidazol y fomentar estrategias de tratamiento que incluyan los nuevos medicamentos
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