El mortal virus ha matado más de 1.000 personas en el África hasta el momento. Es el brote más alto desde que la enfermedad fue descubierta en los años 70. Estas son algunas claves para entenderlo.
El virus del Ébola “es una enfermedad grave y con frecuencia letal cuya tasa de mortalidad puede llegar al 90%”, según señala la Organización Mundial de la Salud (OMS). La enfermedad fue descubierta en 1976 en dos brotes simultáneos en el Congo y Sudán.
¿Cómo se transmite?
La infección se produce por contacto directo, a través de las membranas mucosas, sangre u otros líquidos o secreciones corporales (heces, orina, saliva, semen) de personas infectadas. No se transmite por aire.
Los síntomas de la enfermedad son la aparición súbita de fiebre, debilidad intensa y dolores musculares, de cabeza y de garganta, lo cual va seguido de vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas y externas.
El periodo de incubación (intervalo desde la infección hasta la aparición de los síntomas) oscila entre 2 y 21 días. La enfermedad es transmisible a partir del contagio.
No existe vacuna ni tratamiento efectivo totalmente efectivo. Al ser la enfermedad muy localizada geográficamente las compañías farmacéuticas han invertido muy poco en el desarrollo de la cura. Un suero desarrollado en los Estados Unidos es probado en la actualidad sin éxito comprobado.
¿Puede haber un brote mundial?
La mayoría de los países del mundo y de América han activado alertas sanitarias para prevenir el ingreso del Ébola. Solo el ingreso de un paciente contagiado en África y que se haya trasladado sin aislamiento puede ocasionar un brote.
Un alto nivel de control sanitario hace posible que la enfermedad sea manejada en cualquier hospital sin riesgo de contagio, como sucedió con el traslado de personas infectadas a los Estados Unidos y España.
Lo que hace improbable una pandemia, expansión mundial de una enfermedad, es que hay un control estricto en los aeropuertos internacionales de todo el mundo de los viajeros que llegan desde la región afectada en el oeste de África.
El origen
La enfermedad debe su nombre al río Ébola, que se encuentra a orillas de la aldea en la que se produjo el primer brote en el Congo.
La ciencia no ha logrado determinar con exactitud el origen del mortal virus, pero los estudios apuntan a que es una enfermedad que fue transmitida en un principio por los murciélagos frugívoros nativos de África. En la actualidad la mayor cantidad de contagios se produce de humano a humano.
El primer brote se produjo tras la muerte del profesor Mabalo Lokela en Yambuku en el Congo, después que fuera atendido por un grupo de misioneras que reutilizaron jeringas en su tratamiento, creyendo que se trataba de fiebre amarilla. Cuándo se produjo el deceso, los familiares lavaron el cuerpo y se contagiaron de inmediato, otro tanto adquirió el virus al usar el instrumental médico con el que habían atendido al paciente.
Las tradiciones tribales y la preferencia por los curanderos provocaron la expansión del virus, que hasta antes del actual brote solo había afectado a las áreas rurales de los países africanos.
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