Científicos argentinos hallaron un hongo, adaptable a múltiples hábitats, que destruye las larvas de los mosquitos transmisores del dengue y chikunguña, dos epidemias virales sin vacunas comerciales y cuyo control se basa en la prevención.
Este hongo, denominado Leptolegnia chapmanii, puede sobrevivir en aguas turbias o cristalinas, con distintos PH, a temperaturas variables y es cultivable a bajo costo por lo que aparece como una prometedora arma biológica.
Fue descrito por primera vez por Roland L Seymour en 1976 y fue establecido como peligroso para las larvas de mosquito en 1982 por otro investigador. En 1984, el mismo Seymour, de la Universidad de Ohio, estableció que el hongo tenía poder para destruir las larvas.
Mortal para las larvas
Su poder mortífero probó ser efectivo en larvas de 15 especies de mosquitos, entre ellas las del Aedes aegypti y Aedes albopistus, vectores del dengue, una enfermedad viral tropical que puede llegar a ser mortal en su variante hemorrágica y es endémica en muchos países.
Estos mosquitos también son responsables de la propagación de la fiebre chikunguña, declarada en julio como epidemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que calificó de "grave" la situación en las Américas, donde se reportaron unos 5.000 casos.
"Buscamos un insecticida biológico capaz de ser formulado para el control de la propagación", explica Juan García, doctor en Ciencias Naturales a cargo de la investigación de la Universidad Nacional de La Plata, en la que participan otros ocho científicos argentinos y un colombiano.
El hallazgo se produjo cuando se hacían trabajos de campo sobre microorganismos que se reproducen en aguas estancadas en la periferia de la ciudad de La Plata, 60 kilómetros al sur de la capital federal, sede del estatal Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPaVe) que dirige García.
"Lo cultivamos en medios artificiales, empezamos las pruebas de campo para determinar su poder mortífero y comprobamos que no afecta en nada a ninguna especie de peces, renacuajos u otros seres vivos acuáticos, solo afecta a larvas de estos mosquitos", dijo.
El hongo puede matar al insecto solo en su fase acuática y en la fase de larva en la que permanece por unos diez días antes de convertirse en pupa, mientras que su eficacia se debilita cuando pasa al mencionado estado de pupa, previo a la etapa aérea. Sin embargo, es una esperanza
ES EFECTIVO DURANTE DIEZ DÍAS
1. No existe tratamiento ni vacuna para combatir el dengue o el chikunguña, aunque se está investigando.
2. El hongo ataca a las larvas, que son vulnerables durante diez días. Al pasar a otra fase ya no las mata.
3. La prevención consiste en evitar la picadura de estos insectos usando mosquiteros y repelentes.
4. Los síntomas del chikunguña se parecen a los del dengue. Afectó a 2,3 millones en Latinoamérica en 2013.
QUIEREN FABRICARLO A ESCALA COMERCIAL
Pese a que este hongo asesino aparece como una llave mágica para acabar con ambas enfermedades, los científicos alertan que tienen por delante la etapa más difícil del proceso: la de hallar una fórmula para convertir el hongo en un insecticida biológico a gran escala.
Ya se llegó a la etapa de formularlo en algún sustrato líquido o sólido que pueda ser incorporado a un envase y sea capaz de mantener su poder en igual potencia entre seis meses y un año.
El objetivo es desarrollar un líquido o pastilla que pueda ser colocado en el agua que se acumula en varios sitios para que el hongo se desarrolle y elimine las larvas potenciales. La intención del equipo de investigadores consiste en buscar enemigos naturales para tratar de reducir el uso en el mundo de los insecticidas artificiales.
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