jueves, 9 de enero de 2014

La mujer en edad fértil es propensa a la artritis reumatoide


“Hace 4 años sentí un dolor en el hombro al que no le presté atención. Fue el año pasado cuando se inflamaron mis dedos de las manos y pies, amanecían entumecidos y, poco a poco, recuperaban su movimiento. Acudí al médico y me diagnosticó artritis, me sometió a un tratamiento que alivia el dolor por la inflamación. Pienso que si hubiera ido antes tal vez habría frenado esta enfermedad tempranamente”, lamentó Genoveva, de 35 años.

Femenina conversó con el reumatólogo Rolando Troche Vásquez, quien explicó las principales causas de este padecimiento, la forma de diagnóstico, la sintomatología y los tratamientos existentes para frenar el avance de la misma.

“La artritis reumatoide es una patología del sistema inmunológico que causa un cambio en el organismo por el cual se produce anticuerpos contra el propio cuerpo, es decir, que este sistema reconoce a lo propio como extraño y comienza a afectar la membrana sinovial que es parte de la articulación, provocando una inflamación progresiva y, de no ser detenida a tiempo, ocasiona la destrucción articular y probable invalidez”, explicó Troche.

El especialista aseguró que la relación de las personas afectadas por este padecimiento es de 3 mujeres por cada varón y que el común denominador encontrado en los casos estudiados está en etapa reproductiva presentándose, por lo general, entre los 18 y 40 años de edad, pero eso no descarta que puedan aparecer en otras edades.

“Se considera de vital importancia evaluar la actividad (cuánta inflamación) y la agresividad (cuánto daño articular) que produjo dicha enfermedad hasta ese momento. Esto servirá para determinar el esquema de tratamiento a seguir”, afirmó el especialista.

DIAGNÓSTICO

El examen físico del paciente es importante para el diagnóstico de esta enfermedad y que la persona relate al especialista los síntomas que tiene y por cuánto tiempo, que sumados a la ayuda de exámenes complementarios son los que determinan en última instancia la enfermedad que se padece.

“La revisión clínica del paciente es primordial y por lo general el diagnóstico no se realiza en laboratorio, porque en algunas ocasiones puede darse el caso que llamamos falso positivo, es decir, que algunas personas son reactivas en ausencia de la enfermedad. El encontrar factor reumatoide positivo no quiere decir que la persona tenga artritis reumatoide pudiendo, estar la persona sana. Los exámenes complementarios se solicitan para confirmar el diagnóstico clínico”, aseguró Troche.

SINTOMATOLOGÍA

El padecimiento comienza en forma lenta, se presenta con dolor e hinchazón articular, rigidez en los dedos de las manos y pies, fatiga. Si no se diagnostica la enfermedad, ésta progresa y con el avance de la enfermedad se produce la deformidad en los miembros afectados. Estos signos deben tener una duración de tres meses consecutivos como mínimo y no así esporádicos.

“Esta enfermedad produce inflamación articular y al no detenerse a tiempo se instaura deformidad en las articulaciones de miembros superiores e inferiores, que no son reversibles porque no vuelven a la normalidad. De ahí la importancia de una detección precoz cuando apenas aparezcan los síntomas y establecer el tratamiento que modifique la respuesta inmunológica en la que se reconozca a lo extraño como extraño y a lo propio como propio”, dijo el especialista.

El reumatólogo aclaró que el dolor articular por sí solo no es necesariamente artritis reumatoide, pues son varias enfermedades reumáticas, cerca de 200 padecimientos, que comienzan con dolor articular.

Algunos exámenes utilizados para comprobar el diagnóstico son: prueba del factor reumatoideo, de anticuerpos antipéptidos cíclicos citrulinados, proteína C reactiva, velocidad de sedimentación globular, ecografía, radiografías de las articulaciones y análisis del líquido sinovial, entre otros.

Las articulaciones que pueden verse comprometidas con esta enfermedad son: hombros, muñecas, manos, dedos de la mano, entre los miembros superiores y de los inferiores están la cadera, rodillas y los dedos de los pies con excepción de la columna axial y cervical.

TRATAMIENTOS

Las terapias no son estándares para todos los casos, sino que el tratamiento es individual. El especialista no mencionó los nombres de los medicamos para evitar que la población se automedique, una práctica común en nuestro medio y para evitar que esto sea contraproducente para quien tenga sospecha de tener esta enfermedad.

“La cirugía correctora se reserva cuando la enfermedad ha progresado hasta llegar a la deformidad, debido a que la persona no ha realizado tratamiento alguno. En otros casos, cuando asiste a consulta médica y no ejecuta las indicaciones del reumatólogo es inevitable el avance de la enfermedad en las articulaciones comprometidas”, expresó el especialista.

La fisioterapia es utilizada una vez que se tenga control sobre la enfermedad para potenciar los músculos que han sido hipotrofiados devolviendo la movilidad a estas zonas y fortaleciendo la masa muscular.

Finalmente, el especialista dijo que el tratamiento de la artritis reumatoide tiene una duración prolongada, por lo que se debe realizar controles periódicos y frecuentes para la modificación de la dosificación medicamentosa hasta llegar a dosis bajas, pero bajo un riguroso chequeo médico.

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