Cada año, más de 6.000 enfermos de los riñones acuden a consultas médicas.
El jefe del servicio de Nefrología, Diálisis y Trasplante Renal del Hospital Obrero de La Paz, Marlon Jaimes, indicó que un total de 52 enfermos renales esperan por un trasplante o injerto de riñón para mejorar su calidad de vida.
“Estos pacientes ya cumplieron el protocolo establecido para someterse a la operación. Sin embargo, continúan en espera por diferentes razones”.
Ante esa situación, el especialista sostuvo que actualmente el nosocomio realiza de tres a cuatro trasplantes renales por mes, pero se prevé que en los próximos meses éstos aumenten.
“Vamos a reforzar la unidad con más profesionales del área para incrementar el número de cirugías por mes en beneficio de la población que requiere los trasplantes”.
La atención médica. Jaimes, quien también es presidente de la Sociedad Boliviana de Nefrología, señaló que el establecimiento de salud atiende a un promedio de 6.000 enfermos renales por año, quienes consultan sobre el mal que padecen e incluso se informan del proceso de trasplantes.
Explicó que de ese número, sólo algunos se internan en el hospital. “Cada día se internan de tres a cuatro personas y permanecen siete días en el nosocomio”.
Destacó que desde 2010 a la fecha, el Obrero realizó 26 trasplantes renales a pacientes de 12, 40, 50 y 68 años.
“El hospital es pionero en la realización de trasplantes renales desde 1979. A pesar de que hubo un receso de siete años. Tenemos equipos médicos de última generación, como el de terapias lentas, que sirven para la recuperación de los pacientes”.
El especialista advirtió de que las enfermedades crónicas del riñón son asintomáticas, es decir, evolucionan silenciosamente hasta que se manifiestan en meses o años de manera irreversible y con graves consecuencias para el paciente y su familia.
“Todas las personas, de distintas edades, corren el riesgo de padecer de este mal, por eso deben realizarse un análisis de orina cada año. Pueden dirigirse al Programa de Salud Renal del Ministerio de Salud o a la Caja Nacional para la prueba de función renal”.
Sostuvo que el daño renal crónico es la disminución gradual, progresiva e irreversible de la función de los riñones. “Es un proceso largo que ocurre en el transcurso de meses o años, en el que el riñón pierde el 85 por ciento de su funcionalidad”.
Los programas. Jaimes apuntó que la Sociedad Boliviana de Nefrología promueve programas de prevención para disminuir el índice de enfermedades renales en Bolivia.
“Tenemos asociados internacionales que nos facilitan la obtención de medicamentos de última generación, al igual que equipos, e incluso nuestros profesionales viajan para especializarse en sus países y se hace un intercambio de experiencias”.
2.000 enfermos renales se dializan en los hospitales públicos del país, según el Ministerio de Salud.
CADA AÑO, UN PROMEDIO DE 800 PERSONAS, ENTRE NIÑOS, JÓVENES, ADULTOS y ancianos, padecen de enfermedades renales y sólo el 50 por ciento de ellas recibe un tratamiento de diálisis. La mayoría de esas personas muere sin recibir tratamiento médico, revela un informe del Instituto Boliviano de Nefrología, por lo que la institución realiza campañas de detección precoz y tratamiento de afecciones renales.
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