martes, 10 de noviembre de 2020

Heridas que no cicatrizan: una patología silenciosa

 Existen personas que tienen dificultad para cicatrizar sus heridas, ya sea porque el proceso se hace muy lento o de forma incorrecta. La diabetes, la presión alta, la edad avanzada o las infecciones son algunas casusas comunes. Un experto explica los detalles.

Una de las mágicas capacidades del cuerpo humano es la de regenerar diferentes tejidos cuando se producen heridas. Sin embargo, existe un grupo de la población que, por distintos motivos, tiene una mala o lenta cicatrización que deriva en heridas crónicas o úlceras. El Dr. Fernando Álvarez, Asesor Científico de INTI, explica cómo y por qué ocurre este problema, una realidad más frecuente de lo que se imagina.

“Si bien las personas mayores tienden a tener este problema por la fragilidad de la piel, la cicatrización lenta, mala circulación sanguínea o deficiente alimentación, estos son factores que pueden afectar a pacientes de distintas edades. Es importante conocer los signos para identificar si esto está ocurriendo y, si es el caso, tomar medidas para evitar complicaciones como la generación de procesos infecciosos”, explica el galeno.

¿Qué es una herida crónica? 

Es una lesión que causa ruptura en la piel y que, a diferencia de las heridas comunes, no sanan completamente en seis semanas, periodo suficiente para que el tejido se regenera. Algunos ejemplos son las úlceras profundas o llagas abiertas, las quemaduras grandes y cortaduras infectadas.

¿Qué razones convierte una herida en crónica? 

Los motivos que pueden alterar el proceso de cicatrización son:

Infecciones: cuando la herida está contaminada por la presencia de microrganismos (bacterias).

Problemas vasculares, insuficiente flujo sanguíneo en zonas de la piel. 

Sistema inmunitario débil: enfermedades como el cáncer y la diabetes pueden debilitar el sistema inmunológico lo que causa que el cuerpo tenga dificultad para combatir infecciones y para sanar heridas. 

Desnutrición, la falta de nutrientes genera un defecto en la regeneración de la piel. 

¿Cuáles son los factores de riesgo que pueden llevar una herida a su cronicidad? 

Fernando Álvarez explica que es importante que la persona afectada interprete los primeros síntomas y busque asistencia médica en la fase inicial. Los síntomas más comunes son:

Pus lechoso, amarillo, verde.

Sangrado, inflamación o dolor en el área afectada.

Dificultad para mover el área afectada.

Crecimiento de la herida.

La piel alrededor de la herida se pone oscura o negra y está caliente al tacto.

Fiebre o escalofríos.

¿Cómo cuidar una herida crónica?

Hay tres cuidados básicos a tomar en cuenta: descontaminar y limpiar la herida y mantenerla seca; no dejar de usar el vendaje o apósito, a menos que el médico lo autorice, y mantener las manos limpias antes y después de realizar la curación.

Recomendamos ante todo la valoración y control periódica de la herida, por parte del médico tratante.

¿Cómo limpiar una herida crónica?

El especialista explica que existen soluciones específicas para el lavado de heridas que se pueden utilizar las veces que sea necesario. Además, recomienda que la limpieza se extienda a las zonas próximas a la herida, para minimizar el riesgo de infección. En caso de heridas de gran superficie o de difícil acceso, es aconsejable la inmersión de toda la parte del cuerpo, al menos durante 15 minutos.

“La solución de lavado Prontosan posee una excelente capacidad de limpieza y de descontaminación de la superficie, incluso cuando es de difícil acceso como cavidades, grietas o heridas profundas. La aplicación de este producto no produce dolor, es apta para personas alérgicas y ayuda a eliminar los olores desagradables de la herida”, señala Álvarez.


No hay comentarios:

Publicar un comentario