En los próximos meses, un soldado estadounidense víctima de alguna explosión en Irak o Afganistán podría convertirse en el primer receptor en recibir un trasplante de pene. Los cirujanos del Hospital Johns Hopkins de Baltimore ya tienen todo listo para llevar a cabo la que sería la tercera intervención de este tipo en el mundo.
El primer trasplante de pene se llevó a cabo en China en 2006, pero el receptor pidió que le retirasen su nuevo miembro a los pocos meses por una especie de rechazo psicológico. En 2014 esta compleja operación se llevó a cabo de nuevo en Sudáfrica y dos años más tardes, los cirujanos de Ciudad del Cabo anunciaban que este receptor iba a ser padre.
Según explicaba recientemente el diario The New York Times, los cirujanos de Baltimore confían en poder realizar la primera operación de este tipo en EEUU en apenas unos meses, con el objetivo de devolver la función genitourinaria y sexual a algún herido por explosiones.
Se calcula que entre 2001 y 2013, 1.367 militares estadounidenses han sufrido heridas en sus genitales a causa de bombas caseras en Irak y Afganistán que en algunos casos han provocado la pérdida completa del pene y los testículos.
Como explican algunos especialistas acostumbrados a tratar con veteranos de guerra, estas mutilaciones suelen causar mucho daño psicológico a los afectados, más incluso que la mutilación de brazos y piernas. De hecho, aunque algunas voces han criticado el trasplante de pene porque no se considera una operación imprescindible para salvar la vida del paciente, Richard Redett, director de cirugía reconstructiva en la Johns Hopkins asegura que "una vez que conoces a estos pacientes sabes lo importante que es para ellos".
La cirugía
Próximos meses
La operación prevista para los próximos meses se llevará a cabo con el pene de un donante cadáver, no con los testículos, por lo que se espera que el receptor pueda incluso ser padre en el futuro gracias a sus propios espermatozoides. Si el paciente hubiese perdido también sus espermatozoides no se descarta la opción de que reciba un trasplante de pene, pero no podría ser padre biológico de su propia descendencia, aclaran los especialistas.
Posibilidades
Por el momento, los especialistas ya están valorando posibles candidatos que cumplan algunas características. Por ejemplo, es necesario que conserven intacta la uretra y ciertos nervios y vasos sanguíneos para garantizar el éxito del injerto (que en total tratará de conectar entre dos y seis nervios y entre seis o siete venas y arterias).
La operación -que durará unas 12 horas- de momento se reservará a soldados heridos en el frente, aunque si tiene éxito, los cirujanos no descartan poder ofrecerla también a transexuales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario