lunes, 14 de diciembre de 2015
Fibrilación auricular en la posmenopausia
Un estudio realizado a más de 80.000 mujeres postmenopáusicas demostró que el riesgo de desarrollar fibrilación auricular (FA) disminuye hasta un 44 por ciento con la actividad física regular; por lo tanto, se recomienda a este grupo de personas que realicen ejercicio, con autorización y bajo la supervisión médica si van a comenzar un programa exigente.
La hipertensión y la diabetes están asociadas con la FA, así que su tratamiento es extremadamente importante.
ACV o muerte
Más de un millón de mujeres de Estados Unidos padece FA, que eleva el riesgo de tener un accidente cerebrovascular o de morir más que en los hombres con la misma arritmia.
Tener un Índice de Masa Corporal (IMC) elevado y una medida del peso relativo a la altura incrementa el riesgo de padecer FA, al igual que el tener poca actividad física.
Las mujeres que hacen entre cinco y seis caminatas semanales, de 30 minutos cada una, o ejercicio más intenso como andar en bicicleta dos veces por semana, son un 10 por ciento menos propensas de desarrollar FA que las más sedentarias.
Obesidad
Las mujeres obesas son las más propensas a desarrollar la arritmia, pero hacer más actividad física reduce ese riesgo, según los resultados de dicho estudio.
En las mujeres obesas y sedentarias, el riesgo de tener FA era un 30 por ciento más alto que en las sedentarias con un IMC normal y un 44 por ciento más alto que en las mujeres con peso normal que hacían ejercicio.
La actividad física ayuda a reducir los factores de riesgo cardiovascular; el más importante es la hipertensión, un mediador de riesgo de FA conocido. El ejercicio también reduce la inflamación, que tiene un papel relevante.
La FA es una enfermedad en la que muchos elementos están fuera del control del paciente.
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